La Audiencia de Sevilla celebró ayer el primer juicio por videoconferencia de España, en el que cuatro testigos y tres peritos participaron desde Palma, donde residen y en cuyo campus universitario se instaló el sistema de transmisión. El caso se refiere a una presunta agresión sexual cometida por A.A.R., de 50 años, contra una hija suya de 16 años, cometida en el verano de 1996 cuando la familia se encontraba trabajando en la campaña de recogida de la aceituna en Morón de la Frontera (Sevilla).

Miguel Carmona, presidente de la Audiencia de Sevilla y de la sala que juzgó el caso, expresó a los periodistas su satisfacción por el funcionamiento del sistema, que en su opinión «abre un abanico inmenso de posibilidades». Destacó no sólo las ventajas en el capítulo de ahorro sino, además de las ventajas que supone para favorecer la comparecencia de los testigos y evitar que se sientan coartados por la presencia del procesado, añadió. La Audiencia Provincial de Palma ya anunció el empleo de este sistema con asuntos relacionados con Eivissa. Las videoconferencias ya fueron usadas con éxito en Eivissa en el proceso que llevó a cabo un tribunal de Miami por el asesinato de Anthony Pike.