Los hechos ocurrieron durante la madrugada de ayer en el local «Azúcar», situado en la bahía de Sant Antoni.

Un hombre de entre 20 y 30 años de edad y cuya identidad se desconocía falleció en la madrugada de ayer tras una reyerta ocurrida en la entrada de una discoteca de la zona de Cala de Bou, en la bahía de Sant Antoni. La víctima sufrió un profundo corte en la parte baja del costado. La herida probablemente le seccionó una vena importante, provocado por una navaja o un cristal utilizado como arma. Al cierre de esta edición no había trascendido si las fuerzas policiales habían practicado alguna detención por los hechos relatados, continuando ayer las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.

Todo ocurrió sobre las cinco de la madrugada en la discoteca de música latina «Azúcar», que fue inaugurada el día anterior después de trasladar el negocio a este lugar desde la avenida doctor Fleming de Sant Antoni. En aquel momento se produjo una discusión entre dos ciudadanos latinoamericanos, al parecer colombianos, que derivó en una violenta reyerta multitudinaria en la que se rompieron vasos y botellas, cuyos trozos pudieron ser usados como armas, aunque la investigación no descarta que también pudiera haber habido navajas.

La reyerta concluyó con al menos dos hombres heridos, uno de los cuales falleció desangrado durante su traslado al centro de salud de Sant Antoni. El otro herido, de 22 años de edad, fue evacuado por una UVI móvil del 061 al hospital de Can Misses, donde ayer permanecía ingresado con un corte a la altura del riñón y pronóstico grave, aunque su vida no corre peligro, según todas las fuentes consultadas por este periódico.

La Guardia Civil precintó el local en el que ocurrió la tragedia e investiga la posibilidad de que la víctima estuviera trabajando en una de las obras cercanas al lugar de los hechos. Por lo que se refiere al hombre herido, ayer aún no se conocían datos sobre su ocupación en la isla.

Posibles trabajadores ilegales entre los protagonistas
La reyerta ocurrida en la discoteca de Cala de Bou, y que se cobró la vida de un joven latinoamericano, provocó la intervención de agentes de la Guardia Civil de Sant Antoni y de la Policía Local quienes descubrieron a su llegada que se había producido una desbandada general en el lugar de los hechos. Este dato, unido al círculo de los protagonistas, hace pensar que los implicados, e incluso una buena parte de la clientela del bar, muy frecuentado por sudamericanos según los primeros indicios, podrían estar trabajando en Eivissa de un modo ilegal. Todo ello dificulta las pesquisas para intentar dar con testigos que pudieran aportar datos veraces sobre la reyerta, o personas que conozcan a los implicados o las causas que pudieron provocar el homicidio.