Carlos Soldado, un indigente de Eivissa nacido en Menorca, se
decidió ayer a dar la cara. Lo hizo poco antes de que una
ambulancia se lo llevara a Can Misses para su ingreso tras ser
atendido en el centro médico de es Viver. Hace dos noches estuvo a
punto de perder la vida en un misterioso incendio ocurrido en el
lugar en el que pernocta. Otros dos indigentes que pasaban la noche
con él le rescataron entre las llamas después de que se desmayara.
Ayer, tras la intoxicación que sufrió y las molestias que padece
por una neumonía y diabetes, fue al médico, que determinó su
evacuación.
Pero Carlos no ha sido el único que ha tenido que ser atendido
médicamente en Eivissa por motivos parecidos. Otro de los
indigentes que estaba con él esa noche recibió cuidados al verse
afectado por el humo, que sorprendió a todos durmiendo, según pudo
confirmar ayer este periódico.
Los incendios en lugares donde pernoctan los indigentes han
aumentado. Carlos también lo dice. Ya no se trata del típico fuego,
sobre todo en invierno, que comienza por un descuido o al quedarse
durmiendo o al perder el sentido alguno de ellos, muchos
toxicómanos. Varias fuentes consultadas señalan que hay indicios
suficientes para sospechar de fuegos provocados y todo apunta más
bien a venganzas y disputas que puede haber en este colectivo.
Al respecto, vecinos de es Pratet, barrio donde se encuentra el
lugar donde se produjo el incendio que causó la intoxicación a
Carlos, han manifestado en varias ocasiones que han visto gente
salir corriendo de la plaza de toros poco antes de un incendio.
Luego, todos los indigentes que pernoctaban huyen porque no quieren
problemas, sobre todo con la policía. Es Pratet no es el único
sitio donde ha ocurrido. El principal problema es que los
indigentes suelen callar. Ayer, Carlos quiso hablar para decir que
simplemente tenía miedo.
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