Además de la droga intervenida, se requisaron tres millones y equipos audiovisuales de lujo. Foto: K.TABERNER.

Un dominicano y su compañera sentimental, de origen italiano, así como otro hombre de nacionalidad peruana constituían supuestamente una red de narcotráfico que la policía ha desarticulado en Eivissa. La principal particularidad del grupo está en que la droga la distribuían «a domicilio» una vez que el consumidor requería sus servicios, especialmente los fines de semana y en las zonas de ocio. En la operación se han intervenido 250 gramos de cocaína en roca y de extrema pureza, 645 éxtasis troquelados con el anagrama 007, equipos de alta fidelidad, tres millones de pesetas, balanzas, y un descapotable de gran cilindrada.

Los agentes de Estupefacientes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) iniciaron hace un mes las pesquisas, en una investigación seguida por el juzgado de Instrucción número 4, contra los sospechosos, residentes en pisos del paseo Juan Carlos I y de la Avenida de España. El primero de ellos era asiduamente visitado, y a horas intempestivas, por el peruano F.Y.R., de 33 años. Las gestiones policiales desvelaron que en éste domicilio vivía el dominicano A.E.N., de 34 años, persona que ya había sido investigada en otra ocasión por su presunta relación con el tráfico de drogas.

La policía trabajó entonces bajo la hipótesis de que el primero de ellos se abastecía en la casa y que luego utilizaba su propio domicilio como «centro de operaciones» para recibir los encargos. El dispositivo fue aún más delicado en lo que se refiere al supuesto cabecilla. Este conocía a los agentes que lo vigilaban, obligados a someterle a un seguimiento estrecho a fin de que el operativo cuajara con datos concretos que permitieran la detención del sospechoso. Uno de los inconvenientes más destacado con el que se topó la investigación sobrevino a la hora de hacerle los seguimientos. A.E.N. se desplazaba con un descapotable Toyota Celica amarillo que conducía a gran velocidad.

La policía culminó anteayer la operación con la detención de los tres acusados. Todos ellos, a excepción de la mujer, L.V., de 30 años, que posee un negocio, no tienen oficio conocido pese al alto tren de vida de que disfrutaban. Durante la temporada turística, sin embargo, frecuentaban establecimientos turísticos y de ocio donde llegaron a desempeñar alguna labor con carácter esporádico.