Agentes del Cuerpo Nacional de Policía durante una patrulla por Eivissa.

Los nuevos planes policiales que se van a poner en marcha y que incluyen a Balears van encaminados a poner freno a la delincuencia organizada. Es un segundo paso que se da en materia de seguridad ciudadana después de que se pusiera en marcha el proyecto Policía 2000. Las comisarías tenían como primer objetivo reducir los delitos que afectaban directamente al ciudadano y, para el próximo año y en las zonas más conflictivas, tendrán que «ingeniárselas» también para poner freno a los grupos delictivos con tinte mafioso.

El nuevo proyecto, que ya se ha anunciado sucintamente y que pretende aplicarse desde enero, se centrará especialmente en bandas especializadas en falsificación de documentos y con ramificaciones en las redes ilegales de inmigrantes, así como en asuntos mayores de tráfico de drogas, dos problemas a los que no son ajenos las Islas.

Las dos comunidades españolas que conforman un archipiélago, Balears y Canarias, van a ser territorios en los que se va a poner en funcionamiento este programa a la vez que en ciudades de gran importancia donde se ha detectado la influencia de grupos delictivos: Alicante, Málaga, Barcelona y Madrid, entre otras capitales. La Dirección General de la Policía también está preocupada por la proliferación en estos lugares de grupos responsables de oleadas de robos, asaltos que se cometen con un «modus operandi» muy lejano al que suele ser habitual en delincuentes comunes atrapados por la droga.

Estas nuevas concepciones de combatir la delincuencia no son del todo nuevas. Así, poco antes del proyecto Policía 2000, nacieron las UDYCO, unidades de droga y crimen organizado con las que se buscaba una mayor especialización en la investigación policial.