Más de un centenar de personas, en su mayor parte extranjeras, han
sido detenidas en las Pitiüses durante esta temporada turística
acusadas de delitos de tráfico de drogas. Las estadísticas
oficiosas revelan que a mediados de julio ya habían sido arrestados
unos cincuenta sospechosos. Esta tendencia se mantuvo durante los
meses siguientes. Sólo entre septiembre y octubre, se contabiliza
una treintena de detenidos.
En el capítulo del pequeño tráfico, las fuerzas policiales han
centrado este año sus esfuerzos no sólo en el casco de Sant Antoni
sino también en sus alrededores y en otras zonas turísticas donde
se ha constatado un aumento de la venta, como ha sido el caso de
Platja d'en Bossa. La Guardia Civil y la Policía, a su vez, además
del trabajo realizado por las policías locales, han vigilado con
especial atención lo que ocurría en los aparcamientos de las
grandes discotecas y «afterhours».
La mayor parte de las aprehensiones en las «zonas calientes» han
sido realizadas por agentes del Grupo de Investigación Fiscal y
Antidrogas (GIFA) de la Guardia Civil y por la unidad nocturna de
la Policía Local de Sant Antoni.
La investigación también permitió, en el caso de la policía, dar
dos importantes golpes a las redes de distribución de éxtasis
(4.000 pastillas de un total de 6.000) y de poner coto, por parte
de la Benemérita, además del éxtasis, al tráfico de cocaína, con
varias operaciones donde en su conjunto se cogieron seis kilos. Los
operativos de vigilancia portuarios también permitieron interceptar
un kilo de heroína en Sant Antoni.
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