La Audiencia Provincial ha condenado a tres años y medio de cárcel
a un inglés que fue sorprendido este verano por la Policía Local de
Sant Antoni cuando vendía a un compatriota tres éxtasis y otros
tantos trozos de hachís por los que se pagaron 5.000 pesetas. El
tribunal considera que el acusado, no declarado consumidor, actuaba
con el único propósito de lucrarse ilícitamente.
Anthony Reddy estaba siendo vigilado por los agentes cuando
aceptó las 5.000 pesetas que supuestamente le dieron a cambio de
los tres éxtasis y los dos gramos de hachís, repartidos en tres
porciones, que le han supuesto la citada pena.
La sentencia que le condena recoge que el acto de tráfico tuvo
que ser claramente visto en tanto en cuanto apenas había cuatro
metros de distancia entre los policías en una zona donde el
sospechoso estaba en un lugar iluminado. La presencia de los
agentes, por contra, no pudo ser determinada porque se hallaban en
una zona de penumbra.
La Audiencia también ha dado importancia al testimonio de la
persona que compró la droga en el momento en que se produjeron los
hechos. Este turista no pudo declarar en el juicio que se celebró
el pasado mes de septiembre al haber sido imposible su
localización. En su día afirmó que estuvo de acuerdo con el trato
después de que Anthony Reddy le ofreciera el éxtasis y el
hachís.
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