Un matrimonio y sus tres hijos -dos gemelos de dos años y uno de
cuatro murieron ayer en Madrid, al parecer por inhalación de
monóxido de carbono debido a la mala combustión del calentador de
gas.
Esta es la principal hipótesis que barajan tanto el juez como la
policía, que comprobaron que el calentador de gas butano estaba
encendido cuando se encontraron los cadáveres, y una mala
combustión pudo producir una emanación de monóxido de carbono, lo
que causaría lo que se conoce como «muerte dulce».
Las primeras investigaciones han determinado que la muerte de la
familia fue fortuita, aunque el juez ordenó la práctica de la
autopsia a los cadáveres para precisar la causa de los
fallecimientos. Juan Carlos H.M., de 31 años, su esposa María del
Mar, de 36, y sus tres hijos -dos gemelos de dos años y medio y uno
de cuatro años- fueron hallados muertos en torno a las nueve de la
mañana en el baño los dos primeros, en su habitación los pequeños y
en la cama matrimonial el mayor de los hijos.
La asistenta de la familia llegó como todos los días a las nueve
de la mañana a la casa -el primer piso puerta cuatro del número 13
de la calle de Gremios, en el barrio de San Blas- e intentó abrir
con su llave, pero se encontró con la cadena de la puerta echada,
por lo que avisó a una tía de los pequeños.
Ambas alertaron a un agente de Policía de servicio en la zona y
éste tiró la puerta. El cuerpo de la madre estaba dentro de la
bañera, boca arriba en el agua, y el de su marido, desnudo de
cintura para arriba y con un pantalón, tendido de costado en el
suelo, con un golpe en la frente, probablemente causado al
caer.
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