JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS María Soledad Roca Fernández, una vecina de la barriada palmesana de Son Real, próxima a la calle Aragón, fue apuñalada ayer en todo el cuerpo por un perturbado que se encontraba con ella en su casa y que luego trató de escapar saltando por el terrado. La policía cercó la manzana y tras un registro meticuloso de las viviendas próximas consiguió detener al sospechoso. La víctima se encuentra en estado crítico, ya que una de las heridas le ha alcanzado un pulmón.

Margarita Roca, la vecina de la mujer apuñalada, declaró a este periódico que poco antes del mediodía escuchó gritos de auxilio procedentes de la casa de María Soledad, ubicada en el número 137 de la calle Reis Catòlics. «Es una mujer muy discreta, pero que recibe muchas visitas de hombres. Llamé por teléfono al 091 y mientras esperaba que llegaran escuché golpes en el piso superior», contó. Cuando los agentes comparecieron María Soledad estaba cubierta de sangre; había conseguido salir a la calle, pero apenas se tenía en pie. El agresor, sin motivo aparente, le había apuñalado con un punzón en la cabeza, el tronco y las extremidades.

Los sanitarios de una ambulancia atendieron allí mismo a la víctima, de mediana edad y al parecer madre de dos niños, y luego la evacuaron sin demora a Son Dureta. La policía tenía la sospecha de que el atacante seguía en la casa y decidió inspeccionarla de forma exhaustiva. En el interior no había nadie más, pero se localizaron manchas de sangre en el terrado y se dedujo que el sospechoso había huido a través del tejado. Al final, tras una tensa búsqueda, el hombre -de mediana edad, calvo y con sus ropas cubiertas de sangre- fue localizado en una antigua pensión que en la actualidad se encuentra cerrada. Numerosos vecinos de Son Real siguieron expectantes la batida y aplaudieron cuando el acusado fue descubierto.