El pasaporte de Jens Martin, residente en la isla de Eivissa y natural de Munich.

Jens Martin fue asesinado a escasos 200 metros del lugar en el que se había instalado, una casa cercana a otro núcleo de viviendas en cuya carretera se registró un «extraño» aumento del tráfico y de «visitas» en las horas previas al crimen. Así lo manifestó a este periódico la persona que se encontró el cadáver del alemán y que al respecto añadió que «por lo que ví era como si se estuviera esperando a alguien».

Dicha persona, acostumbrada a transitar la carretera por la zona donde supuestamente se ejecutó el asesinato en la parte conocida como Colinas Aníbal, explicó que a las siete de la mañana del martes se topó con lo que creía era un accidente. Fue cuando descubrió una moto tirada en el suelo y a una persona junto a ella boca abajo y en medio de un reguero de sangre. «No pensé en un crimen. Me limité a llamar por teléfono y a pedir ayuda porque creí que era un motorista caído». Añadió que posteriormente otra persona se presentó en este lugar y que entre ambos se decidieron a mover la moto para que pudiera pasar con su vehículo hasta que alguien le dijo que iba a llamar a una ambulancia.

Este mismo testigo relató que más adelante se enteró de lo ocurrido y ayer manifestaba sus sospechas a que ello estuviera relacionado con «movimientos en la zona que rompían la tranquilidad». Estos hechos, de confirmarse, explicarían que la persona o personas que ejecutaron el crimen conocían de antemano la zona, un lugar difícil de localizar. Ello abre la puerta a la tesis de un crimen premeditado, eso sin descartar que Martin fuera seguido la madrugada del asesinato una vez que dejó las fiestas de Sant Agustí.