Karl Heinz Ladwig, un alemán de 46 años de edad, fue hallado a
mediodía de ayer muerto en Formentera después de que se incendiara
el barco en el que residía y que actualmente estaba varado en la
playa de Rocabella, en es Pujols.
Un vecino dio aviso a la Guardia Civil al mediodía después de
encontrarse con el barco totalmente calcinado. Al parecer el fuego
comenzó en la misma madrugada de ayer, aunque nadie se percató del
incendio al hallarse la embarcación en una zona aislada y
actualmente sin población. Estos mismos indicios apuntan a que el
fuego duró varias horas hasta que se extinguió solo al consumirse
el combustible a bordo. La Guardia Civil se ha ocupado de la
investigación y en principio no se han encontrado indicios
criminales en esta muerte, según se desprende de lo averiguado por
este periódico. La víctima, afincada desde al menos hace dos años
en Formentera, vivía en el barco siniestrado, de unos cinco metros
de eslora, desde hacía dos años. La barca pertenecía a otro alemán
que en varias ocasiones le había pedido a Karl Heinz que la
abandonara. Al parecer, poco antes de este suceso el dueño de la
embarcación le había instado a que la dejara lo antes posible.
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