Buceadores de Cruz Roja y de los Grupos Especiales de Actividades
Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil peinaron durante todo el
día de ayer el litoral de sa Conillera en busca de Miguel Angel
Ruzafa Fons, el marinero alicantino que desapareció en la madrugada
del lunes al hundirse el «Tanit I» junto a este islote con cuatro
tripulantes a bordo.
Lo hicieron donde pudieron. El mar embistió con fuerza
precisamente en la zona donde se cree que se fue a pique el
pesquero. El operativo de rescate, que ayer también se vio apoyado
por otras embarcaciones y por un helicóptero de Salvamento
Marítimo, concentró sus esfuerzos en la parte del islote donde las
olas permitían rastrear los fondos. El helicóptero fue requerido
por la tarde al abrirse una vía de agua en otro pesquero en aguas
de Altea.
Las tareas no sólo se vieron afectadas por la peligrosidad de
bucear junto a las rocas con oleaje y fuerte resaca. Las
condiciones de visibilidad tampoco eran buenas. A veces, los
buceadores sólo pudieron trabajar donde la vista cubría sólo un
frente turbio de apenas siete metros.
El rastreo en este segundo día de búsqueda se inició a las siete
de la mañana. Los medios de rescate se vieron reforzados también
durante esta jornada por los pesqueros «Joven María», «Rafael
Llopis» y «sa Ganassa». El primero de ellos fue el que recogió en
el naufragio a los hermanos Riera Ribas y a su primo Antonio Riera
Riera. Los otros dos están colaborando con el Centro Regional desde
que se comenzaron a enviar mensajes a través de la estación costera
de Ibiza Radio.
Familiares de Miguel Angel Ruzafa, natural de Alicante y de 33
años, esperaron desde Sant Antoni cualquier noticia sobre el
paradero de este joven, antes enrolado en un pesquero de Altea, el
«Estela Azul», que fue desguazado hace ahora más de dos años.
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