Los hechos tuvieron lugar el 15 de mayo de 1998 cuando el
acusado, Antonio P.R., que por entonces tenía 16 años y cursaba
estudios de tercer curso de enseñanza secundaria, coincidió al
mediodía a las puertas del instituto con la víctima, una joven de
17 años que había sido escolarizada como alumna con necesidades
educativas especiales.
Según el escrito de calificación provisional del Ministerio
Público, Antonio P.R., «a sabiendas de las deficiencias psíquicas»
de la joven y «aprovechándose de ellas», la convenció para que le
acompañara a dar un paseo. A continuación se dirigieron al portal
de una casa próxima, donde consumó la agresión sexual en la
escalera del mismo.
La víctima es una joven con necesidades educativas especiales y
seguía en el centro de secundaria una adaptación curricular
individualizada con clases de apoyo, dado que padece epilepsia y de
oligofrenia, teniendo reconocida, además, la condición de
minusválida con un grado del 46 por ciento.
Como consecuencia de la agresión, experimentó síntomas ansiosos
y depresivos compatibles con un trastorno adaptativo ansioso.
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