El «New Inn», el bar de la Avenida de Sant Agustí donde se vendía droga en grandes cantidades a turistas ingleses.

El propietario del «New Inn», un bar de la bahía de Sant Antoni donde la Guardia Civil requisó 1.800 éxtasis, 240 gramos de cocaína y casi dos kilos de hachís tras registrar una cocina y una vivienda anexa al local, se sentó ayer en el banquillo ante la Audiencia Provincial para jugarse los doce años de cárcel que pide para él la Fiscalía por un presunto delito de tráfico de drogas. El acusado, Michael P. H., un hombre de 61 años detenido en el transcurso de una operación que dirigió el Grupo de Investigación Fiscal y Antidrogas de la Guardia Civil (Gifa) y que culminó a principios del pasado mes de agosto, afirmó ayer tarde ante el tribunal que su inmueble sólo era el sitio que utilizaba una red para realizar sus ventas tras captarlo y amenazarlo. La «clientela» del local era exclusivamente turistas de nacionalidad británica.

«Cuando empecé no sabía que todo esto podía ser una actividad criminal. Reconozco que entonces no hice nada pero cuando me di cuenta y quería salir de ello no me dejaron. Me amenazaron y tenía miedo», explicó. El responsable del bar cuyas actividades quedaron al descubierto aseguró en la vista que eran tres las personas que frecuentaban su bar para vender la droga que él reconoció almacenar. «A un amigo le cortaron en la cara» justificó.