Una capa de hormigón, varias toneladas de escombros y cal viva
debían ser suficientes para sepultar para siempre el cadáver de
Günter Ulrich, un alemán asesinado en Capdepera en 1995. Sin
embargo, el 'secreto' de los criminales duró hasta ayer. La Guardia
Civil vació durante cinco horas el aljibe en donde había sido
enterrado y halló el cuerpo del extranjero.
Las tareas de desescombro se llevaron a cabo en la finca de Ses
Set Cases de Capdepera. Se trata de una posesión de más de
trescientos siglos de antigüedad ubicada frente al polígono
industrial, en un paraje de difícil acceso. La finca es en la
actualidad propiedad de un acaudalado alemán.
La casa cuenta con cinco aljibes, pero el que sirvió de 'tumba'
para Günter Ulrich estaba 'cegado' y presentaba una capa de
hormigón a nivel del suelo, algo muy inusual. Los trabajos se
iniciaron a primera hora de la mañana a la finca tras concretarse
una investigación. A primeras horas de la tarde, cuando no se
esperaban ya sorpresas, apareció a cuatro metros de profundidad un
pie humano. Escarbando alrededor apareció el resto del cuerpo. A
falta de la confirmación oficial, todo parece indicar que se trata
de Günter Ulrich, un hombre de negocios alemán que 'desapareció' en
la zona de Llevant a finales de 1995, tras ser asesinado en un
aparente ajuste de cuentas.
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