Los cálculos realizados demuestran que ésta ha sido la mayor catástrofe que ha vivido un país latino en los último años.

Entre 30.000 y 50.000 personas habrían muerto como consecuencia de las torrenciales lluvias que arrasaron con el costero estado Vargas en Venezuela, «aunque nunca se sabrá exactamente» el número de fallecidos, afirmó este martes a la AFP el director de Defensa Civil, Angel Rangel. «Pueblos enteros desaparecieron, están enterrados bajo el barro», dijo.

Si se tienen poblaciones enteras que desaparecieron, que quedaron tapiadas, nunca se sabrá exactamente el número de personas que fallecieron, son miles de miles, pudieran ser entre 30.000 hasta 50.000», dijo Rangel. «Hay pueblos como Carmen de Uria donde sabemos que habían unas 3.500 casas y hoy sólo quedan 100, calculamos que en cada una de esas casas vivían unas cuatro personas, entonces sólo en esa parte desaparecieron miles», precisó Rangel.

El funcionario se refería al pequeño poblado costero enclavado en uno de los sectores más afectados del estado Vargas, vecino a Caracas, donde vivían unas 50.000 personas en extensos caseríos encaramados en las frágiles laderas de las colinas. Miles de personas continuaban este martes desaparecidas y miles más atrapadas por el barro y las inundaciones.

El intenso trabajo de rescate y asistencia seguía adelante, apoyado con helicópteros y buques de la marina, evacuando gente de las áreas más afectadas, equipos de socorro para remover escombros y maquinaria pesada para despejar toneladas de barro.