La casa de Puig den Valls en que habitaba un matrimonio mayor se
incendió en cuestión de segundos, según los primeros indicios, a
causa de un cortocircuito. El humo -proveniente del número 5 de la
calle Sant Antoni -un inmueble de planta baja- fue detectado por un
vecino de esta zona que rápidamente dio la alarma tras avisar al
teléfono de emergencias 112.
El incendio calcinó por completo el comedor de la vivienda y
afectó gravemente al resto del inmueble. No hubo finalmente heridos
pese a que el personal del 061 llegó a asistir a las dos personas
que en ese momento había al parecer en el domicilio siniestrado y
que principalmente se vieron presa de los nervios. La presencia del
fuego, iniciado sobre la una y media de la tarde, y el conocimiento
entre el vecindario de que ésta estaba ocupaba provocó enseguida un
amplio despliegue que reunió a unidades de Comisaría, Guardia Civil
y Policía Local de Eivissa.
Al mismo tiempo, se activó la alarma en el Parque Insular y en
el 061. La casa quedó precintada después de el incendio, que generó
un gran calor, causara incluso el derrumbe de varios tabiques
medianeros, desprendimientos en parte de la techumbre y rajas en la
fachada. Se da la circunstancia que los bomberos habían acudido
momentos antes a otra alarma de fuego en un piso de la Avenida de
España.
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