26/11/99 0:00
Un despido ocurrido hace tres años les puede costar a un matrimonio propietario de un comercio de Eivissa y a un asesor laboral una pena de dos años y medio de cárcel si la Audiencia Provincial considera que tiene razón una empleada de este establecimiento que denunció a todos ellos de estafa por no pagarles el dinero convenido por el fin de su contrato laboral.
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