Los familiares de la joven Rocío Wanninkhof Hornos, que fue hallada
muerta 24 días después de su desaparición, partieron ayer hacia
Jaén después de una sentida despedida en Mijas, cuyos vecinos
abarrotaron la parroquia de Santa Teresa de La Cala. Unas 400
personas se congregaron en el interior y a las puertas de la
pequeña iglesia para dar su último adiós a Rocío, que hoy será
enterrada en Arroyo del Ojanco, una pedanía de Jaén de la que es
natural la madre de la joven, Alicia Hornos.
Entre los asistentes al funeral hubo multitud de jóvenes que
quisieron recordar a la que fuera su compañera de estudios, muchos
de los cuales tienen previsto desplazarse hasta la localidad
jienense para acompañar hoy al féretro. Rocío ha hecho que «todo el
municipio derrame sus lágrimas», lo que demuestra su belleza
interior y su bondad, señaló el párroco Ramón Tejero durante la
homilía.
El sacerdote, que ofreció secreto de confesión para aquéllos que
aportaran alguna pista sobre el paradero de la joven y,
posteriormente, sobre el autor del crimen, refirió que la familia
está «inundada con un vacío en su interior». Tejero se dirigió a la
madre de Rocío, que en los últimos días ha perdido la entereza que
había mantenido desde el pasado 9 de octubre, cuando desapareció la
joven.
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