La Audiencia Provincial ha condenado a tres años de cárcel a un joven de Barcelona que trabajaba en Eivissa como «drag queen» y al que la policía sorprendió en julio de 1998 con 46 comprimidos de éxtasis parte de los cuales supuestamente iba a destinar a su venta.

El acusado, Luis Ballus Alegre, fue interceptado de madrugada por un coche patrulla en la Marina después de que el coche que conducía el sospechoso hiciera una brusca maniobra de giro al detectar su presencia, según la versión policial. La mayor parte de la droga -45 pastillas- se hallaban en un bote de cristal situado bajo el asiento del copiloto cuya pertenencia él mismo reconoció. El éxtasis restante lo llevaba oculto en los calzoncillos.El sospechosos, que tras el juicio se enfrentaba a seis años de prisión, alegó que toda la droga era para su consumo y su propio padre avaló que había obtenido dinero trabajando para sus empresas artísticas.

El tribunal, sin embargo, resuelve que estas ocupaciones no le permitían obtener dinero suficiente para el consumo de éxtasis habitual, valora que la droga la llevara por separado, así como su conducta al ver a la policía y sus contradicciones en el proceso.