La justicia norteamericana ha decidido acusar de asesinato en
primer grado al productor italiano de cine Enrico Forti, principal
sospechoso de la muerte de Anthony «Dale» Pike, de 42 años de edad
e hijo del propietario del famoso hotel «Pike's», Tony, situado en
el término municipal de Sant Antoni. Hasta el momento, Forti
permanecía en arresto domiciliario acusado de fraude y robo.
Anthony Pike apareció muerto en un bosque situado junto a una
playa de Cayo Vizcaíno (EE UU) con dos disparos en la cabeza el 16
de febrero del 1998. Según informaciones recabadas por el periódico
«Miami Herald», uno de los disparos fue efectuado desde larga
distancia, mientras que el segundo se realizó desde más cerca. A
cien metros de la playa fueron halladas algunas de las pertenencias
de la víctima, entre las que se encontraban un calcetín manchado de
sangre, un billete de avión y un zapato, que se encontró en el
interior de un árbol. Anthony Pike había llegado al aeropuerto
internacional de Miami el día anterior para aclarar con Forti una
serie de irregularidades que tenían que ver con la compra y gestión
del hotel «Pike's».
Según la policía estadounidense, Forti había convencido a Tony
Pike para que firmara una serie de documentos que le desvinculaban
de la gestión del hotel, cuyo valor podría alcanzar los cinco
millones de dólares, aprovechando que un tribunal australiano le
había declarado su incapacidad, según el rotativo estadounidense.
También trató de traspasar dinero de las cuentas que Tony Pike
tenía en el Lloyds Bank a las suyas propias.
Según relata el teniente de homicidios John Campbell, Anthony
Pike llamó a Forti y le dijo «estás tratando de robarnos; vas a
devolvernos nuestro dinero o llamaré a la policía». Por eso se
dirigió en avión desde Madrid a Miami. El productor accedió a
encontrase con él; incluso, hasta recogerle en el aeropuerto. Sin
embargo, éste dijo que no lo había hecho porque «Dale» no había
acudido a la cita. Pero se contradijo posteriormente afirmando que
había dejado a Anthony Pike en un restaurante en el que Knott le
indicó que «alguien se encargaría de él» para que no hiciera
ninguna denuncia. «Sabía que algo malo le iba a pasar, aunque no
hice nada», declaró en su momento. Pero la policía de Miami ha
encontrado pruebas que pueden inculpar directamente a Forti en el
asesinato. En el interior de su vehículo se encontró arena que
corresponde con la de la playa en la que apareció el cuerpo.
Asimismo, las investigaciones han descubierto que Forti y Knott
compraron una pistola del calibre 22, el mismo tipo de arma con el
que se disparó a la víctima.
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