Una apuesta entre amigos, algo bebidos, estuvo a punto de
convertirse en tragedia cuando un joven intentó llegar nadando
hasta la isla de sa Conillera, en Sant Antoni, para después
regresar hasta la costa de es Caló d'es Moro. Una embarcación de la
Cruz Roja tuvo que rescatarle cuando había nadado tres millas y aún
se encontraba a cuatro de la isla de destino.
Al parecer, un grupo de turistas británicos que se encontraban
en dicha playa se apostaron entre ellos 100 libras (unas 25.000
pesetas) a que nadie era capaz de ir y volver nadando hasta sa
Conillera. Uno de los jóvenes, identificado como J.L., de veinte
años de edad, se echó al mar sin pensárselo y empezó a bracear mar
adentro. Uno de los apostantes, pasado un tiempo y al no ver a su
compañero entre las olas pidió ayuda.
La Policía Local, alertada, avisó a Salvamento Marítimo tras
hacer todo lo posible desde tierra para que el turista volviera a
la costa. El servicio de rescate se puso inmediatamente en contacto
con la Cruz Roja y esta institución barajó la posibilidad de enviar
una lancha neumática con dos voluntarios para recoger al nadador.
De todos modos, el hecho de que éste pudiera ir muy bebido y la
fragilidad de la zodiac hizo que se modificara el plan establecido
y la lancha «Virgen de las Nieves» zarpó con miembros de la Cruz
Roja y de la Policía Local de Sant Antoni a bordo.
Una vez localizado J.L., éste empezaba a mostrar signos de
agotamiento y se resistió ligeramente al rescate, que fue
completado sin mayores complicaciones a tres millas (una milla
marítima son 1.852 metros) de la costa de es Caló d'es Moro. Una
vez llegados al puerto de Sant Antoni, una ambulancia de Galeno
esperaba para someter a reconocimiento al imprudente nadador en un
centro médico.
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