Las carreteras de Formentera se cobraron ayer una nueva vida. Un joven de 15 años de edad, que pasaba el día en la isla junto con sus padres después de trasladarse desde Eivissa, lugar donde estaban pasando sus vacaciones, falleció prácticamente en el acto después de que el ciclomotor que conducía fuera arrollado por una furgoneta.

Adrián Prades Larrosa, natural de la localidad barcelonesa de Vilassar de Mar, sufrió el accidente sobre el mediodía en la carretera de Calas Saona. El joven acaba de alquilar un ciclomotor y conducía despacio seguido detrás por su familia, que viajaba en un turismo. El trágico siniestro tuvo lugar cuando el adolescente abordó una curva y, según los primeros indicios, perdió el control del ciclomotor e invadió el carril contrario.

El conductor de la furgoneta implicada en el accidente se lo topó prácticamente de frente. La embestida ocasionó al menor un fuerte politraumatismo que le causó instantáneamente la muerte.

Los servicios de emergencia de Formentera, pese a todo, actuaron con celeridad. Una ambulancia del 061, con un médico y una enfermera del centro de salud, acudieron seguidamente al punto kilométrico de la carretera de Cala Saona donde ocurrió la colisión. El personal sanitario se volcó desde el primer momento en intentar reanimar al turista. Todos los esfuerzos, sin embargo, resultaron inútiles porque a su llegada el joven ya había perdido todas sus constantes vitales. Los intentos por recuperarle, pese a todo, continuaron después de que el menor fuera trasladado al centro médico, lugar donde definitivamente se certificó su fallecimiento.