Unos perros «rotwailler» devoraron los cuerpos sin vida de un
matrimonio y de su hijo, quienes al parecer murieron cuando uno de
los cónyuges disparó a su familia y posteriormente se suicidó en
una masía situada entre las localidades castellonenses de Peñíscola
y Benicarló.
Según fuentes de la Subdelegación de Gobierno de Castellón, la
Guardia Civil encontró los cadáveres en la madrugada de ayer cuando
se personaron en la vivienda, situada en la partida denominada
«Pitiquillo», después de que un familiar de los fallecidos les
comunicara que no sabía nada de ellos desde hacía varios días.
Un veterinario de Benicarló tuvo que reducir con dardos con
anestesia a los dos perros «rotwailler» y a un pastor alemán, que
tardaron más de una hora en adormilarse y que han sido sacrificados
por orden de los familiares y del juez instructor del caso. Aunque
una de las hipótesis apuntadas por la investigación era que los
perros habían atacado a la familia y los habían matado,
posteriormente se determinó que todo apunta a que ya estaban
muertos hace unos diez días y los canes, hambrientos, los
devoraron. Los cuerpos sin vida del matrimonio, formado por Manuel
Morro y Maite Aran, y su hijo Joel, de unos 14 años, se encontraban
en el suelo del salón y estaban destrozados según explicó un
vecino.
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