Las oficinas de Concept Hotel Group son una declaración de intenciones. Se acaban de mudar, pero quieren imprimirle al espacio la personalidad que tienen sus hoteles.

Nos recibe con una camisa hawaiana manga corta abierta a medio pecho con loros estampados. Diego Calvo no es un empresario al uso, él mismo dice que no lo quiere ser, y eso salta a la vista. La prenda es uno de los 31 diseños distintos que ha lucido a lo largo del mes de agosto para una campaña de recaudación de fondos para Unicef a través de la fundación Ibiza Helps the World, que forma parte de Concept Hotel Group. En poco más de un lustro, este grupo hotelero se ha consolidado en la isla con cinco establecimientos en los que prima el diseño y la experiencia del cliente. A través de música y cultura quieren que el cliente se vaya con una historia que contar.

¿Cómo nace Concept Hotel Group y cuál es su papel en su creación?
— Yo llevo trabajando en hoteles desde los 17 años, cuando empecé la universidad. Luego además me gustaba todo lo que engloba la música rock, desde bandas, festivales, etcétera, así que siempre he estado muy vinculado a ello también. Toda mi vida he compaginado esas dos cosas. Una noche en 2012, en casa con mi amigo Tallyn Planells y mucho vino, surgió la idea. Él era director de la discoteca Privilege y yo estaba de director comercial en un gran grupo hotelero. Hablamos de lo estresados que estábamos con nuestro trabajo y decidimos empezar nuestro propio proyecto. Fue cuando nos juntamos tres socios y montamos el primer hotel, que fue el hotel Santos. Cuando registramos el nombre del hotel registramos también el nombre comercial del grupo. Ya desde el primer momento teníamos la idea de crear un grupo hotelero diferente donde el concepto y el diseño tuvieran mucha presencia. Que no fuera el típico hotel al uso sino que fuera un hotel donde ocurrieran cosas.

En muy pocos años llegan a tener cinco hoteles, en un entorno tan competitivo en el sector como es Ibiza, ¿cuál es la clave para que les vaya tan bien?
— Hay que tener suerte en ciertos momentos, y saber dónde y cuándo te metes. Pero sobre todo ha sido la ilusión y la pasión que le hemos puesto desde un inicio lo que nos ha ayudado a ir creciendo. Al final estás disfrutando con lo que más te gusta y terminas un hotel y ya estás pensando en meterte en el otro. Empezamos con 10.000 o 15.000 euros cada uno. Lo que pasa es que al final haces un buen acuerdo con el banco, con la propiedad del hotel, y luego el negocio va saliendo redondo. Al final es como hemos ido avanzando. Pero sobre todo mucho trabajo, mucha pasión, buena actitud y así es como salen las cosas .

¿Qué aportan al turismo de la isla?
— Lo que queríamos era marcar la diferencia y creo que hemos hecho una buena aportación. Cuando nosotros empezamos se iban reformando hoteles, pero todo era igual: el rollo blanco, mediterráneo, decoración con estatuas de budas… Nuestro objetivo era ser diferentes pero que fueran productos vacacionales atractivos, que si los ve el típico tío que está en Manchester con lluvia quiera venir a nuestros hoteles. Optamos por un diseño donde la arquitectura y el interiorismo fueran protagonistas, un estilo Art Deco que recuerda al south east de Miami, en colores pastel. Trabajamos mucho el diseño y la marca de cada hotel. Cada uno tiene su identidad y su diseño, y eso nos diferencia al resto. La mayoría de hoteles montan su negocio dándole importancia a lo que el empresario Kike Sarasola resume en las 3 des: ducha, descanso y desayuno. En nuestro modelo nosotros tenemos en cuenta 5 des, las que él plantea y también disfrute y diseño. Lo importante no es sólo lo básico, también es ofrecer una experiencia. Así es como se crean los productos, en este caso hoteleros, queremos que el turista no busque hoteles en Platja d’en Bossa o en San Antonio, sino que busque un hotel en concreto porque quiera vivir esa experiencia.

Este concepto ¿le faltaba a la isla?
— Totalmente. Ibiza venía de una hotelería de los años 90, del clásico resort que trabaja con turoperadores. Antes se pensaba en dar un buffet, que tenga aire acondicionado...unos servicios básicos y nosotros queríamos que vivieran una experiencia. De hecho el claim del grupo es A story to tell, una historia que contar. Eso es, que en cada hotel, desde que entras hasta que te vas, encuentras una serie de elementos diferenciadores a medida que pasa tu estancia. Para empezar el estilo musical que escuchas, que en Ibiza lo general es house y deep house, mientras que en nuestro caso te vas al hotel Paradiso y esuchas disco e italo-disco, te vas al cubanito y escuchas música cubana, de calidad, no el reggaeton que escuchan los jóvenes; o te vas a Tropicana y escuchas música de los 80 y música tropical, o te vas a Santos y tienes buen deep house, o en Dorado música rock. Luego tenemos una agenda cultural en el grupo que va desde cine al aire libre, los martes en el hotel Paradiso y los viernes en el Dorado; conciertos acústicos, este año hemos traído bandas como Dorian, Sidonie, Arizona Baby estuvo hace poco, y uno de los pocos conciertos que dará Russian Red en España este verano lo haremos en nuestros hoteles; en hotel Paradiso tenemos una galería de arte, en el hotel Cubanito damos clases de salsa todos los martes y ahora estamos preparando un concurso de baile… todo un poco con la idea de aportar contenido diferente al resto. Son hoteles para pasárselo bien en plan fiesta y manos arriba, pero tienes un contenido cultural de calidad. Y la idea es que no sólo la disfrute el turista, sino que el cliente local acuda. La mayoría del aforo de los conciertos de hecho es gente de aquí, de la isla.

¿Es una buena apuesta la de integrar la cultura dentro de los hoteles?
— Yo creo que sí, que al final tenemos que ofrecer algo más. Tenemos que cuidar del destino y defender mucho el tema de la fiesta, porque al final los turistas vienen a la isla en su mayoría por la fiesta, pero también tenemos que ofrecer otras cosas. Que un domingo te puedas ir a ver la puesta de sol y que la única opción no sea sólo hacerlo en el café del mar, lo típico de toda la vida, sino que a lo mejor te vayas a la azotea de Cubanito y mientras escuchas a Ricardito te tomes un buen coctail; o te vayas a Paradiso y mientras estás en la piscina estás viendo una micro residencia de un artista que haya venido a la isla. Tanto el cliente alojado como el que se acerca a nuestros hoteles lo agradece al ver algo más. Ahora, además, tenemos que competir con destinos que están empujando fuerte como por ejemplo es Grecia, y hay que ofrecer un buen producto. En Ibiza los precios son altos en los hoteles, y tenemos que hacer que el cliente se sienta satisfecho. Que no sólo tenga un DJ en la piscina, sino que se incluyan en la experiencia diferentes cosas enriquecedoras.

Eso que me decía al principio de cuidar el destino, ¿Se está haciendo bien? ¿Se está cuidando la marca Ibiza?
— A ver, la marca Ibiza es una súper marca. Yo siempre la comparo un poco a lo que es Las Vegas en Estado Unidos. Pero yo creo que la debemos cuidar muchísimo, porque al final estamos en una isla, tenemos unos recursos limitados y tenemos que protegerlos. Esto que se dice de que hemos crecido tanto en llegadas, yo no lo veo como algo siempre bueno. Creo que tenemos que poner límites, por ejemplo a todos los alquileres irregulares que hay. Y cuidado, que yo digo que lo que hay que hacer es regularizar las cosas, pero que sepamos cuánta gente entra en la isla. Que se tribute, que se pague la ecotasa y que todo el mundo cumpla como lo hacemos los hoteleros. Sobre todo lo tenemos que hacer para que la gente de la isla pueda disfrutar de la isla. Yo que soy de aquí a lo mejor ni me planteo irme en julio o agosto a cala Compte porque no puedes ni poner la toalla. En los 80, 90, 2000, cuando no estaba tan extendido este tema de los alquileres irregulares, tu podías irte a la playa y disfrutarla. Tenemos que saber hasta dónde podemos llegar. Está bien que seamos un destino más caro que otros, podemos tener mejores negocios, pero si decidimos tener un precio de 200 o 300 euros la noche tenemos que ofrecer un buen servicio y una experiencia que haga que el cliente se vaya de Ibiza queriendo volver.

Han puesto sus hoteles en Platja d’en Bossa y Sant Antoni, unas zonas en las que el perfil del turista igual no es tanto el de sus hoteles.
— Sí, nuestro perfil objetivo sería una persona de entre 30 y 55 años, interesado en el arte, la moda, el diseño. Sería la típica persona cosmopolita que vive en una gran ciudad, con poder adquisitivo medio alto. Hemos elegido esas zonas porque al final son las que tienen una temporada más larga, entonces es más fácil hacer allí tu negocio. Al final tenemos pequeños oasis dentro de esas zonas. Pero son zonas que están todavía en desarrollo. Yo confío mucho en la Bahía de San Antonio, donde poco a poco los hoteleros van a ir reformando sus hoteles, y el cliente va a ir mejorando.

¿Puede cambiar Sant Antoni?
— Yo confío en que va a cambiar. Tiene una bahía preciosa, tiene su puesta de sol, tiene calas preciosas muy cerca como cala Compte, cala Bassa, cala Gració y Gracioneta. Y hay mucha planta hotelera que tiene mucho potencial. El año pasado se hicieron en torno a 13 reformas, 2 de ellas las hicimos nosotros, y se seguirán haciendo. Además tiene mucho recorrido en precio frente a playa d’en Bossa. Tenemos allí un mercado que, si entramos con un producto diferente, de calidad, y trabajamos con cariño, yo creo que a largo plazo tendremos allí un negocio muy bueno.

Trabajan mucho con la música en vivo y los conciertos acústicos, ¿se cuida la música en vivo en Ibiza?
— Sabemos que ha habido una serie de problemáticas porque se encasillaba a la música en directo en la misma ordenanza que regula la música electrónica. Pero bueno, en Sant Josep, después de toda la fuerza que hemos puesto sobre todo la asociación de música en directo con Danilo al mando, nuestro ímpetu y el de tantos músicos de la isla, han sabido entender que no se puede meter todo en el mismo saco. Aunque yo también pienso que a los DJ se les tiene que defender. Hay que buscar ese punto de equilibrio en el que el cliente que viene a Ibiza pueda disfrutar de su sangría en la zona de piscina sin tener que estar sólo a 65 decibelios, ni con los altavoces de tres metros a toda pastilla. Estoy contento con el tema de la música en directo, porque se esté buscando una vía para protegerla, pero creo que se debe pensar también en el DJ.

En el grupo tienen un hotel muy enfocado al rock y, además, dirige la fiesta Rock Nights. ¿Hay espacio para el rock en Ibiza?
— El rock and roll nunca va a morir. Así como hay otros que son pasajeros, como el EDM o el reggaeton, que son una moda y pasarán, el rock and roll quedará siempre. Ibiza además tiene una historia vinculada al rock que a muchos les sorprendería. Ahora en el hotel Santos, lo que hemos hecho es que cada habitación vaya ligada a la historia de un gran artista musical con Ibiza. Tenemos la habitación de tributo a Eric Clapton, que cuenta cuando vino a Ibiza y tuvo un naufragio en el 77; la de Bob Marley, que cuenta el concierto que dio en el 78; la de Jimmy Page de Led Zeppelin, que tocó aquí en un bareto de San Antonio; Nico de Velvet Underground, que murió aquí en un accidente de bicicleta; Freddie Mercuri, que celebró aquí su 40 cumpleaños… hay un montón de historias vinculadas al rock que sorprende que hayan sucedido en una isla tan pequeña. Concept Hotel Group, por la parte que me toca, tiene mucho de rock en su adn. Y luego está Rock Nights, con la que llevamos 13 años. Vamos un poco a contracorriente de lo que hay, es la única fiesta rock que hay en la isla. Queríamos un sitio para escuchar la música que escuchábamos en casa o en el coche y no lo había. Estaba el bar De Miedo y muchos músicos de la isla que pinchaban música rock, pero no había una sesión en la que pudieras estar como en una discoteca, de principio a fin, escuchando sólo sonidos de guitarra. Al final hemos conseguido que haya un colectivo de gente que vaya a escuchar ese tipo de música, desabrocharse la camisa y alzar el puño gritando el I’m Free de los Who. Estamos contentísimos. Llevamos ya 5 años en el hotel Pikes y no tenemos intención de irnos siempre que nos permitan las nuevas ordenanzas seguir desarrollando la actividad normalmente.

Deme alguna pincelada del futuro de la empresa.
— Siempre estamos maquinando. Nuestra intención es seguir creciendo en Ibiza, ofreciendo productos hoteleros de calidad que marquen la diferencia. En 2019 no tenemos proyectos, pero de cara a 2020 es muy probable que abramos algo más en Ibiza. Y después hemos creado una marca urbana, que se llama MITICO, para entrar en la liga de los hoteles boutique de ciudad como puede ser el Soho House, Only You, Morgan’s… estos hoteles boutique de ciudad donde pasan cosas. La idea es a lo mejor poder soñar con dar el salto a Londres o Nueva York, pero lo más inmediato sería abrir en Madrid, Barcelona o Palma. Estamos trabajando en ello pero es algo a largo plazo.