Diferentes momentos de la charla que impartió Iván Castro en el Casal de Igualdad de Vila. | Arguiñe Escandón

Vuelven los talleres de familia de Ibiza y lo hacen de la mano de Iván Castro, director municipal de Bienestar Social, que lleva más de 20 años impartiendo estas formaciones. La parentalidad positiva es el eje central del taller que ha comenzado este lunes en el Casal de Igualdad y que se desarrollará hasta el miércoles. Una veintena de familias de Vila participarán en esta nueva edición de unos talleres que tienen como objetivo «ver la educación de los hijos como algo positivo, aunque educar conlleve siempre sacrificio y esfuerzo».

Reflexionar

«Se trata de reflexionar sobre cómo lo hacemos», ha explicado Castro, «y ver modelos que ayuden a este más relajados». La parentalidad positiva, ha añadido, pivota sobre tres ejes: la identificación de las emociones de los padres y los hijos, el establecimiento de un modelo de educación en positivo y la fijación de normas y límites. Este último es uno de los capítulos que más quebraderos de cabeza da a las familias. «Las normas y los límites no son ni buenos ni malos», ha señalado Castro, «pero todo sistema necesita reglas para funcionar. No se trata de poner un montón de reglas, bastan cuatro o cinco que estén bien definidas y consensuadas. Son reglas estructurales».

Castro admite que los participantes en este tipo de talleres son «familias que realmente necesitan poco apoyo» pues su situación es de partida es ya la de padres y madres con un gran interés por la educación. En los talleres, ha añadido, «se establece una conversación muy interesante y hay mucho intercambio de información entre las familias que participan». Y es que, ha añadido, «muchas veces la familia piensa que está sola ante un determinado problema y en los talleres ve que no es así, que otras están pasando por la misma situación».

Etapas

Iván Castro ha recordado que la infancia se vive por etapas y que cada una de ellas tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, los niños de entre tres y seis años «están en un proceso evolutivo muy concentrado en buscar, en investigar, en ver dónde están los límites». Más tarde, entre los nueve y los 10, la situación cambia pues los niños «ya están en la preadolescencia» y ahí entran en juego factores que preocupan a las familias como las pantallas.

En lo que a las preocupaciones se refiere, Castro ha explicado que, en general, son muy similares en todas las familias: «Normas y límites, las rabietas, la frustración, los bloqueos, las relaciones entre hermanos, el desarrollo intelectual y la parte fisiológica». En estos talleres, Castro les explica que no deben caer en el error de las comparaciones porque cada niño tiene su ritmo. A medida que van creciendo, entran en juego preocupaciones como las relaciones con los amigos, las normas y, sobre todo, las pantallas digitales. «Antes preocupaban el cánnabis y el botellón y ahora lo que preocupa son las pantallas», ha señalado el técnico, «además, esta preocupación aparece antes, cuando los niños tienen seis o siete años».

Modelos de familia

Sobre los nuevos modelos de familia, Iván Castro ha señalado que también están muy presentes en los talleres del Ayuntamiento de Ibiza. Pero, en el fondo, todas son muy similares porque «todas tienen su propio funcionamiento». Los talleres, además, se organizan desde la concepción de que «la pedagogía familiar es una ciencia que tiene su teoría». «Todo lo que se hace en los talleres», ha añadido, «se basa en la teoría pedagógica o psicosocial».

Castro cree que, a nivel general, lo más importante en la parentalidad positiva es la comunicación en el seno de la familia. En su opinión, «mantener siempre las bases de la comunicación» es clave a la hora de educar a los hijos. «Los gritos, el enfado, la ironía, el ordeno y mando no sirven», ha advertido, «hay que encontrar momentos para hablar de todo. La hora de la comida, por ejemplo, puede ser un espacio de comunicación. Ahí es donde uno puede orientar a los hijos. Comunicar no es ordenar. Es tener un espacio de distensión para todos y en el que cada uno pueda expresarse libremente».

Iván Castro ha dejado también claro que la conducta de las personas se basa en factores como la genética, el ambiente y las posibilidades que tengan los padres de «moldear» a los hijos. De ahí que haya subrayado que «aunque los padres y las madres tienen una responsabilidad, no es del 100%». «Nadie quiere perjudicar a sus hijos», ha añadido, «y hay que tener en cuenta que cuestiones como el componente genético tienen una carga importante que, aunque se pueda intentar gestionar, se arrastra y no depende de los padres».

Culpa

La culpa a la hora de educar a los hijos suele estar muy presente. Sobre todo en un momento en el que muchas familias no pueden dedicar a sus hijos todo el tiempo que les gustaría. Sin embargo, Iván Castro ha señalado en este sentido que, una vez más, esto no es responsabilidad realmente de los padres pues la falta de tiempo es «un mal endémico del sistema laboral, que no es realmente conciliador». Y pone como ejemplo la propuesta de Sumar de mantener las guarderías abiertas las 24 horas en lugar de modificar la jornada laboral: «Es más fácil cambiar el modelo de guardería que el modelo laboral porque todo se asocia a la productividad. Y eso a pesar de que todos los modelos demuestran que los trabajadores son más productivos cuando pueden tener más tiempo para conciliar. De todos modos, no se trata solo de la cantidad de tiempo sino de qué hacemos con ese tiempo».