El portero Edu Frías y el entrenador Fran Torres, en un pequeño descanso.

El portero de la SD Ibiza, Edu Frías, y el entrenador de porteros, Fran Torres, no lo dudaron y el pasado sábado decidieron viajar a la Comunidad Valenciana aprovechando sus dos días de libranza.

Dicho y hecho, tanto el lunes como el martes ambos han estado desempeñando trabajos de limpieza en Sedaví y en Alfafar, dos de los pueblos más afectados por la DANA.

«Es bastante duro porque uno no es consciente de lo que ha pasado hasta que se está allí. Hasta que no se sienten los olores o ves el sufrimiento de la gente que lleva una semana trabajando, no se es consciente. La solidaridad es increíble», comentó ayer Frías.

Los dos reconocieron también que todavía se necesita mucha ayuda. El portero explicó además que determinadas labores dependen ahora de la maquinaria pesada, aunque la presencia de los voluntarios seguirá siendo imprescindible.

«Yo pienso que un día me puede pasar lo mismo y me gustaría que me vinieran a ayudar. Lo haces para que los pueblos afectados puedan salir adelante, para ayudarnos entre nosotros», insistió.

Para Frías, haber permanecido dos días en Valencia ayudando en lo que ha podido es de las experiencias más fuertes que ha tenido en su vida. También destacó lo sorprendidos que se quedaban muchos vecinos de los pueblos arrasados al saber que, como ellos, voluntarios de todo el país se habían desplazado hasta allí.

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El portero reconoció la impotencia que sintió al no poder quedarse más días y seguir ayudando. «Lo sucedido calará hondo y unirá más a las personas», consideró Frías.

También Torres señaló que lo vivido es «una experiencia muy fuerte» que nada tiene que ver con lo que uno puede imaginarse leyendo la prensa o viendo la televisión.

«Cuando estás allí, es todo mucho más potente. No somos héroes por haber ido, sólo un grano de arena que ha pretendido sumar. Los auténticos héroes son los que están en esos lugares día a día», recordó.

El entrenador de porteros también destacó que hay muchas zonas donde ahora los voluntarios ya poco pueden hacer y el trabajo depende de la maquinaria pesada que haya podido desplazarse hasta esos puntos.

Según afirmó, las ganas de ayudar eran tantas que llegaron a estar hasta 14 horas trabajando, parando únicamente cuando ya no había ninguna luz que les permitiera continuar.

Torres aprovechó para anunciar que le iba a pedir al entrenador permiso y desplazarse de nuevo a Valencia tras el partido del domingo. «Mi exmujer Laura, con la que tengo muy buen rollo, también está allí. Estoy muy orgulloso», concluyó.