Joan Tur Armat lleva medio siglo trabajando las tierras de la finca de Can Aldriaca, cerca de Can Tomàs en Sant Antoni. Tras toda una vida dedicada al oficio familiar, heredado de su padre Pep Armat, a sus 61 años, Joan está viendo cómo su oficio se desmorona debido a la sequía que afecta a la isla de Ibiza y ya se plantea abandonar el campo.
La falta de agua es la principal causa de esta crisis. Joan relata con frustración cómo su pozo, que tradicionalmente se ha abastecido del Broll de Buscastell, se ha secado por completo. «No me queda ni una gota de agua en el pozo; estoy intentando salvar la temporada gracias a que un vecino me presta una manguera para poder llenar el depósito», explica.
Ni un grano
Este año no ha podido cosechar nada de las cuatro hectáreas de cereal que sembró con su mujer, una pérdida que le ha afectado profundamente: «La lluvia que cayó en noviembre me animó, pero no he recogido ni un grano».
Para Joan, esta no es la primera vez que sufre la sequía en Can Aldriaca. En este sentido, recuerda cómo hace 40 años, cuando su padre aún vivía, tuvieron otro episodio en el que el pozo se secó completamente: «En el pozo solo había sargantanes, ahora no hay ni eso». A pesar de que en aquel entonces consiguieron agua de un vecino durante tres años, Joan siente que la situación actual es mucho más grave. «Los pozos de mi zona dependen del Broll de Buscastell, pero hace años que no llueve suficiente, no baja agua por el torrente y apenas emana del broll», añade.
«Ni para comer»
El impacto en sus cultivos ha sido devastador. Joan no ha sembrado ni siquiera tomates o sandías para consumo propio, limitándose al perejil, el romero, la menta y albahaca en solo media de las cinco hectáreas y media que tiene Can Aldriaca. «Este año no he sembrado siquiera unos tomates o unas sandías para comer. Solo he sembrado aromáticas... nada más», señala. Además, su capacidad para regar las plantas ha quedado reducida al mínimo, con una manguera de 40 centímetros de diámetro que le proporciona agua suficiente solo para llenar su depósito poco a poco. «Con la manguera de 40 estoy llenando constantemente para asegurarme el agua mínima de una semana», explica. Esta es una imagen muy diferente de tiempos mejores, cuando podía llenar su depósito de 150 toneladas en solo cuatro horas con un tubo de 90 centímetros desde su propio pozo.
Cambio de oficio
La sequía no solo ha afectado a la capacidad de Joan para trabajar su tierra sino también a su motivación para continuar con su labor agrícola. Tras toda una vida dedicada al campo, Joan está considerando un cambio drástico de oficio: «Este mismo octubre me he apuntado para sacarme el CAP ya que tengo los carnets de camión para ver si encuentro trabajo la temporada que viene si la cosa sigue igual», admite. A sus 61 años, confiesa que no tiene fuerzas para buscar una nueva finca o empezar de nuevo. «No me encuentro con ánimos de buscar una finca nueva y comenzar desde cero; tengo 61 años y no me vale la pena pasar así los tres o cuatro años que me quedan para jubilarme», lamenta.
Inacción política
Más allá de su situación personal, Joan está indignado con la inacción política ante la crisis hídrica que atraviesa Ibiza. Según explica, las administraciones deberían haber previsto y actuado de manera anticipada para evitar esta catástrofe. «El titular no debería ser que los payeses abandonamos el campo; el titular debería ser que las administraciones no hacen nada hasta que ya no hay remedio», reclama.
Lujo
Joan critica duramente la falta de regulación y control en el uso del agua en la isla, poniendo como ejemplo los chalets de lujo que consumen enormes cantidades de agua para mantener jardines de césped y piscinas, mientras los agricultores luchan por conseguir agua para sus cultivos. «Es inaceptable que venga un señor en su jet privado a su chalet rodeado de un jardín de césped mientras nosotros no tenemos agua para regar la finca», denuncia. Según él, hay un claro desequilibrio en el reparto de los recursos hídricos en Ibiza y se están priorizando los intereses de unos pocos sobre las necesidades básicas de los agricultores.
«Hay chalets en Ibiza que gastan más agua en un día que cualquier payés. Un camionero me contó que hacía 10 viajes diarios a uno de esos chalets: eso serían 150 toneladas, más de lo que yo gasto a la semana. Yo me apaño con 15 o 20 toneladas diarias», asegura mientras no se resiste en insistir que «es inaceptable que venga un señor en su jet privado a su chalet rodeado de un jardín de césped mientras nosotros no tenemos agua para regar la finca. ¿Cuántos chalets de estos hay en Ibiza?».
Joan también señala otros ámbitos donde el agua se está malgastando, como la limpieza de calles y marinas y los lavaderos de coches. Cree que es necesario replantear el uso de agua en la isla, sobre todo en estos momentos de sequía extrema. «No me explico que los camiones cisterna no estén obligados a cargar todo el agua en las desaladoras», propone, subrayando la importancia de una gestión más eficiente del agua disponible.
La situación de Joan no es única. Otros agricultores en Ibiza están viviendo la misma crisis y muchos, al igual que él, están considerando abandonar el campo ante la falta de apoyo y recursos. La agricultura en la isla, que alguna vez fue una parte fundamental de su identidad y economía, está en peligro de desaparecer si no se toman medidas urgentes para enfrentar los efectos de la sequía. Joan Tur Armat es solo uno de los muchos payeses de la isla de Ibiza que, tras décadas de trabajo y dedicación, se ve obligado a considerar alternativas debido a la falta de agua. «No seré el único», concluye con resignación.
29 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
YoSiii, uno que antes sembraba cebollas y ahora come ajos....
Se va el turismo y como en las restricciones covid el sacrificio para los residentes. Pero por otra parte me parece muy bien la falta de agua y de este modo cuando los "magufos, perroflautas, pintaparedes" como los llamáis, protesten el la puerta del futbolista con su alfombra de césped y su piscina ilegal os deis cuenta que protestan por todos nosotros. Hoy os parece a todos muy mal los jardines tropicales y piscinas, hace unas semanas estabais de parte del futbolista, el que tiene 30 casas del mismo pelo por todo el mundo. Ajo y ....falta de agua para vosotros.
Los chalets con sus jardines y terrazas y los cientos de barcos y yates y coches que se lavan a diario con agua potable. Después de una lluvia de tierra es un auténtico esperpento.
SOLO espero que con la llegada de las lluvias de ahora, que como esta el patio pueden ser hasta riadas, no llueve como antes, ahora cae de golpe y lo unico que hace es daño, pues eso que nos olvidemos del problema y empecemos temporada siguiente otra vez con el trasiego de camiones desquilmando los pozos de agua potable, y espero tambien que los que tienen que regular esto , espabilen en estos meses y pongan "fil a sa gulla" como se dice en ibicenco, antes de que no tenga ya remedio. buen punto para empezar , revisar todas las canalizaciones de distribucion de agua y repararlas, que se malgasta muchiiisssiiimo dinero en otras facetas ni de cerca tan importantes. lo de las cisternas a estas megamansiones , que he visto un comentario, no les sirven de nada..., no les dura ni una semana lo que recogen en todo el invierno. lastima que el problema de juan sera pronto generico para muchos mas agricultores tambien,,,
como dicen mas abajo , limitar el agua , pero dando prioridades a los que para poder vivir la necesitan para regar sus huertos , a casas familiares etc...... etc..... y por ultimisimo dar el agua a casas para regar jardines , llenar piscinas , baldear barcos . o ..... hacer un estudio de si las megamansiones se han molestado ,en si las construcciones , y como hacian los payeses ,que si, se molestaban en hacer sus cisternas para recojer agua para autosuministrarse agua en verano cuando no llueve. por que ya no se trata de ser rico y poder pagar , se trata de que el agua se necesita para vivir para algunos y para ocio para otros.
Para que hagamos cuentas, en el mejor de los casos el césped en verano necesitará unos 20/30l por m2, como mínimo una vez cada dos días y probablemente a diario con los veranos torcidos y secos. Lo que quiere decir que un jardín de 1.000m2 consume fácilmente entre 20.000.y 30.000 litros cada uno o dos días, lo que sería entre 2 y 3 camiones de agua; y a final de los 90 días de verano puede ser entre 1.000.000 y 3.000.000 (de 1 millón a 3 millones) de litros de agua (entre 100 y 300 camiones). Para que nos hagamos una idea, 1.000m2 de cesped equivale aproximadamente al consumo de agua de 10.000m2 (1 hectárea) de cereal tipo trigo/cebada, con la diferencia que del cereal podemos alimentarnos y el césped no ya que no somos vacas. En una isla como la nuestra con tantas villas con césped ysin apenas lluvia em verano, pues multiplicar. Y mira que hay alternstivas bien bonitas: aromáticas como el romero, l'herba de sant ponç o el la fregola que aportan aroma y sirven para cocinar; olivos y algarrobos que dan fruto y además atrapan muchísimo CO2, pinos y sabinas que dan sombra.... Pero la obsesión por el césped como si esto fuera la campiña inglesa o Escocia no tiene sentido 🤷
Las primeras casas en controlar son las d algunos políticos. Perro no muerde perro
Control de toneladas de agua por vivienda, los gobiernos normalmente están para eso, para haya un equilibrio. Por ejemplo los funcionarios desayunáis 3 veces al día, hay un equilibrio entre todos, os gusta trabajar menos que el sastre de Tarzán.
PuffEstoy de acuerdo por ahí deberían ir los tiros
Nick SonCon tantos datos que has dado en los últimos comentarios ya empezamos a saber quien eres.