Daniela esperando a que llegue su autobús en la calle Atenas, en Sant Jordi. | Irene Arango

Son las 12 de la mañana de mediados de agosto. Las temperaturas superan los treinta grados y el sol pega ya de pleno, sumándose al calor que expide el asfalto. Y, en estas condiciones, es mucha la gente que tiene que esperar la llegada de su autobús, que ya de por sí muchas veces lo hace con retraso por el tráfico propio de la temporada estival, sin un lugar donde refugiarse a la sombra. Es el caso de las paradas que, a día de hoy, siguen sin tener una simple marquesina.

Un punto donde se encuentran la mayoría de ellas es en la avenida de Sant Josep, entre las rotondas de ses Figueretes y Can Sifre. Si bien la primera parada que se encuentra, partiendo desde Vila hacia Sant Josep, sí que cuenta con marquesina en ambos sentidos, no lo hacen las siguientes, bien sea por lo estrecho de la acera en ese tramo o bien por falta de inversión.

En una de estas paradas, esperando a que llegue su autobús, se encuentra Fabiona, que se refugia en la pequeña sombra que ofrecen los árboles de una casa cercana. Coge el autobús para volver a su casa después del trabajo, y esta es la parada que más cerca le queda. «Me parece muy mal que no haya marquesina, ahora en verano hace mucho calor» asegura. Y el problema no es solo el calor: «La gente sale cansada y quiere sentarse mientras espera en el autobús». En el resto de paradas que ella utiliza, este problema no lo tiene, solo en esta.

Una mujer cogiendo el bus. | Irene Arango

Escasos metros más adelante en dirección hacia Sant Josep, una madre y su hija esperan el autobús para ir hacia Vila. Se cobijan bajo la sombra que da el edificio de la Renault, situado unos metros atrás, porque su parada tampoco tiene marquesina. Son Carmen y Elena y a ambas les parece «fatal que no haya ningún sitio para refugiarse a la sombra en toda la calle». Por si fuera poco, aseguran que la información que ofrecen sobre los horarios «no funciona» cuando ellas cogen el autobús todos los días para ir a Vila.

No es solo en la avenida de Sant Josep donde no existen estas    marquesinas. Tampoco las hay, por ejemplo, en la zona de Can Raspalls, entre el colegio de dicho nombre y el instituto IES Algarb. Muy cerca de ahí, en la calle Atenas, entre Sant Jordi y Platja d'en Bossa, se repite una vez más la misma situación.

Es en esta calle Atenas donde Marcos, un chico de 14 años, coge el bus cada vez que quiere bajar a Vila, tanto la L10 como la L8. «Se pasa mucho calor esperando el autobús, tendrían que poner una marquesina para que hubiera un poco de sombra», asegura el joven. A él, por edad, no le queda otra opción, pero da por hecho que esta falta de sombra en pleno verano hace que «algunas personas, especialmente más mayores, no se animen a coger el autobús». En el resto de paradas que él utiliza sí hay marquesinas.

Dos mujeres esperan al sol. | Irene Arango

Lo mismo pasa justo en la parada de en frente, de la misma línea. Ahí espera Daniela, una joven de 18 años que tiene que compaginar dos trabajos en el aeropuerto, hacia donde se dirige, con las esperas de su línea a pleno sol todos los días. «Entre que el bus tarda más de lo que debería, a veces tienes que estar hasta media hora esperando, no es normal ni está bien que no haya esa marquesina para tener un poco de sombra», lamenta. Comenta exactamente lo mismo que Marcos: «No invita a coger el autobús, especialmente en julio y agosto».

Kilómetro 4,5

Si hay un punto frecuente de quejas al respecto de la falta de marquesinas, ese es el kilómetro 4,5 de la carretera de Sant Josep. Cuando se pasa por delante con el coche se puede observar una pancarta de protesta precisamente por este motivo. Aquí ya no entra solo una cuestión de calor en verano y frío en invierno, sino también de seguridad.

En su momento, se planificó la instalación de las marquesinas, de hecho existe la base de cemento pero esta, a diferencia de las otras de esa carretera, no fue finalmente instalada.

David, un vecino de la zona, que vive justo detrás de ese punto, denuncia que «todas las personas que cogen el autobús en esa parada cruzan al otro lado, donde sí hay marquesina, para esperar a la sombra, con el peligro que supone cruzar en una carretera de doble sentido». Respecto a las famosas pancartas, asegura que «cada cierto tiempo un vecino cuelga una y alguien la arranca, entonces se vuelve a colgar otra».

David asegura que son varios los vecinos que han protestado por esta situación, tanto ante el Ayuntamiento de Sant Josep como ante el Consell d'Eivissa, a través de la aplicación Línea Verde, pero por el momento «no han recibido respuesta de ninguna de las instituciones».

Desde el Consell aseguran que en el plan de adecuación de paradas de autobús de Ibiza se contempla la construcción de la marquesina del kilómetro 4,5, tal y como reclaman los vecinos. Según la máxima institución insular, «este proyecto está enmarcado dentro del plan de adecuación de paradas y se está trabajando en ello».

Con ello, desde el Consell aseguran que este plan es muy amplio y que se extenderá a esas marquesinas que faltan. Dicho plan de actuación, que implicará una inversión de 6,2 millones de euros. Sin embargo, aseguran que para acometer este plan, así como otros proyectos, «el Consell necesita que el gobierno central firme un nuevo convenio de carreteras para financiar estas mejorias viarias previstas para los próximos 15 años, por valor de 100 millones de euros, y que supondrán adecuar las infraestructuras del transporte público de la isla».