Rosario ha explicado a Periódico de Ibiza y Formentera su mala experiencia en Urgencias de Can Misses.

Hasta ahora firme defensora de la sanidad pública, Rosario acaba de sufrir una experiencia traumática que le ha hecho cambiar de parecer.

«Antes, si hablaban mal de la sanidad pública yo era la primera que la defendía. He sido auxiliar de enfermería», explica a este rotativo.

A finales de mayo, esta vecina de Santa Eulària de 78 años comenzó a sentir un fuerte dolor en la espalda después de haber cogido un cubo con agua. Por ello, decidió acudir a las urgencias del centro de salud de la localidad, aunque «allí me dieron calmantes y me mandaron a casa, pero al día siguiente me encontraba muchísimo peor».

Rosario optó después por dirigirse a las urgencias del hospital Can Misses donde se vio obligada a esperar varias horas hasta ser atendida. «Yo le pedía a la doctora que no me tumbara porque no podía, pero no me dieron opción. Me tocó un poco la barriga y eso fue todo lo que me hizo. Me dio un calmante intravenoso y sentí algo de alivio, mandándome a casa», relata.

Junto a los suyos explica también que, al seguir los protocolos, ni su médico de familia ni los de urgencias pudieron solicitar una resonancia magnética dorsal puesto que, según le comentaron los sanitarios, sólo un especialista podía ordenar la prueba médica.

«Lo trataron como un dolor sin importancia, como si fuera una contractura, aunque el problema es que había una fractura», lamentan sus familiares.

En las urgencias, los doctores advirtieron a Rosario de que la medicación podía provocarle un gran malestar con náuseas y mareos, tal como así sucedió. Tras visitarla su médico de familia, éste solicitó una radiografía urgente, aunque «nadie me dijo que tenía algo roto y sólo me dijeron que necesitaba una resonancia», asegura.

«Le dieron tratamiento para la sintomatología aguda derivada de la medicación que tomó, pero no se llamó al traumatólogo, que es quien podía pedir la resonancia, y nos fuimos a casa esta vez con cita para Traumatología. Sin embargo, nos dijeron que la lista de espera es de entre seis meses y un año», comentan los familiares, quienes critican principalmente que los protocolos impidieran solicitar de inmediato la resonancia para tener un diagnóstico claro.

En mitad de todo este proceso, Rosario tuvo que esperar hasta tres semanas para poder iniciar un tratamiento. Aunque una de sus citas estaba programada para el 5 de julio, la llamaron el día anterior para retrasar la fecha puesto que su médico estaba de vacaciones y, según le comentaron, no se estaban cubriendo esas ausencias.

Decisión

Rosario, viendo que la situación empeoraba, acudió a un médico privado que confirmó la fractura en una dorsal, una lesión que mal tratada puede conllevar serias patologías. «Es un tema muy serio que debe tratarse de una manera correcta para que el paciente no acabe en una silla de ruedas, entre otras cosas», añade la familia.

Noticias relacionadas

Cerca de 1.000 euros es el desembolso que la paciente ha tenido que invertir en la medicina privada entre visitas y varias pruebas médicas.

Rosario también ha adquirido una especie de corsé sin saber si es el adecuado o no. «Son cosas que he ido haciendo por mi cuenta para intentar estar mejor», insiste.

En estos momentos, está pendiente de acudir a un traumatólogo privado especialista en la espalda y desconoce cuánto le costará.

La paciente, visto lo sucedido, ha registrado varias reclamaciones contra el Ib-Salut: «Lamento lo que me ha sucedido a mí y que habrá muchas personas que por otras cosas les pasará lo mismo. Lo he querido hacer público para ver si esta gente se anima a denunciar».

«Todavía no estoy bien del todo. Continúo con los dolores y calambres en el brazo izquierdo, que se me duerme», reconoce.

En un escrito, resalta «la buena atención del personal sanitario», aunque denuncia «la mala gestión» de su caso. Entre otras cuestiones, se pregunta por qué un médico de familia o de urgencias no puede pedir una resonancia magnética dorsal o por qué no se puede llamar a un traumatólogo de guardia.

«Estoy defraudada con el sistema de salud pública en Ibiza. Después de muchos años trabajando para el bienestar del paciente, me duele ver que el sistema actual no garantiza la seguridad ni la salud de los pacientes», concluye.

Respuesta

El Área de Salud de Ibiza y Formentera, para comenzar, expresó sus disculpas puesto que «el deseo de todos es un diagnóstico rápido y certero, aunque en este caso no se ha producido puesto que, en ocasiones, existen factores que lo dificultan». Al mismo tiempo, puntualizó que, según el expediente médico, la paciente sufría una patología previa anterior, lo cual pudo hacer pensar a los sanitarios que padecía algún problema no grave derivado de esta condición puesto que, en la entrevista previa, no mencionó haber realizado ningún esfuerzo al mover el cubo con agua.

Fuentes de Salud explicaron además que, ante una fractura en una dorsal, una resonancia magnética no es la prueba indicada, aunque ciertamente sólo puede solicitarla un especialista. Sobre las largas listas de espera en Traumatología, puntualizaron que existe una consulta específica con carácter urgente que se realiza cada viernes para atender casos de este tipo.

En un escrito, resalta «la buena atención del personal sanitario», aunque denuncia «la mala gestión» de su caso. Entre otras cuestiones, se pregunta por qué un médico de familia o de urgencias no puede pedir una resonancia magnética dorsal o por qué no se puede llamar a un traumatólogo de guardia.

«Estoy defraudada con el sistema de salud pública en Ibiza. Después de muchos años trabajando para el bienestar del paciente, me duele ver que el sistema actual no garantiza la seguridad ni la salud de los pacientes», concluye.