A falta de dos día para que los niños de San Ildefonso den el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas, las colas en las administraciones de loterías también se repiten de manera tradicional año tras año. Tal como afirma Joan Mayans, responsable de la Administración de loterías número 1 de Ibiza, en La Marina, «no hay Navidad sin turrón y lotería». Según Mayans, este año está notando cierta subida en la venta de lotería en su despacho. «Por el momento me quedan todas las terminaciones, pero, por alguna razón, en número tres se está vendiendo especialmente bien este año».
En la Administración número 4, Sonia Sáez, su responsable atendía a Periódico de Ibiza y Formentera en un escaso minuto que rascaba ante la cola de personas que esperaban su turno a la hora de adquirir un décimo de Lotería de Navidad. «Este año es una barbaridad. Llevamos con toda la Lotería de Navidad agotada desde el día 7de diciembre. Ahora vendemos solo por máquina», aseguraba Sáez, aunque reconocía que hay números agotados desde hace más tiempo, «el número siete, por ejemplo, que es uno de los de la casa, el 80317, lleva agotado desde agosto». La lotera asegura que, como cada año, «suele agotarse el número del año que entra, en este caso el 23. También gusta mucho el 15, el 69 o el 13. Aunque, el 13, por mucho que insistan, no lo tenemos. ¡No me gusta!».
Sáez, que repartió un primer premio de 600.000 euros en su administración el pasado noviembre, achaca esta suerte al éxito que está teniendo las últimas semanas en su administración, «la gente se ha vuelto majareta». Desde entonces, asegura que está recibiendo encargos desde fuera de la isla, «pero lo que tengo guardado para la gente de aquí no se toca. El premio tiene que quedarse en Ibiza».
Salvador es un ejemplo del tirón que tiene el hecho de haber repartido un premio recientemente. «Me enteré de que habían dado un premio y he venido con mis compañeros a buscar unos números para repartir entre nosotros, que somos de Valencia y hemos venido unos días por trabajo», aseguraba Salvador, con los 30 décimos de los tres números que compartirá con sus compañeros, acabados en 6, 9 y 5 de manera aleatoria, «no tengo manías con los números», aseguraba. María, saliendo de la misma administración, aseguraba tener un número favorito, «el 26, que es mi día de nacimiento, el de mis hermanas y mis nietos», aunque este año, entre los cuatro décimos que atesora también hay un 23, un 51 y un 13.
Entre las obras de Isidor Macabich, Pepa salía de la Administración número 3 con el 30206. «No tiene nada de especial, he cogido el que me han dado», explicaba Pepa, quien aseguraba que cada año juega uno o dos décimos de lotería, «según el dinero que tenga. Total, es muy difícil que te toque». En la misma administración, Tasio sí tenía muy claro el número al que apuesta su número, «llevo 20 años jugando al mismo número, el 80915, desde que Antonia, mi mujer, se enamoró de este número, ¡o del que lo vendía!», explicaba con humor. Tras Tasio, Pegy esperaba en la cola de la administración para hacerse con su décimo «acabado en tres o siete, que son mis números». Pegy ha jugado este año a cinco números distintos, «nunca me toca más allá del reintegro». María, tras ella, aseguraba que este año «ya tengo 20 décimos de números distintos», aunque reconoce no tener más suerte que su compañera en la cola.
Paquita salía de la administración número 1, en la calle de las farmacias, con un 7 y un 5, «son dos números que dan suerte a dos personas que tienen suerte con estos números», asegura. «Solo juego en Navidad y, estos dos, más otro que compro por compromiso, son los únicos que tengo». Horacio, en el mismo despacho de La Marina, pedía una terminación en 54 para su décimo de lotería de Navidad.
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