Inma Saranova (dcha) y Josep Lluís Joan, en la jornada de ayer. | Daniel Espinosa

El técnico de Sabors d´Eivissa, Josep Lluís Joan, aseguró ayer que la elección de determinados ingredientes para elaborar un plato tan tradicional como un bullit de peix puede tener un impacto decisivo sobre el entorno natural. Joan participó ayer en la jornada ‘La Sostenibilidad en el sector Horeca: El poder de nuestras acciones', organizada por el Consell d´Eivissa e IbizaPreservation con el objetivo de avanzar en la sostenibilidad del sector a través de propuestas prácticas y de fácil aplicación en hoteles o restaurantes de la isla.

Centrándose en ese suculento plato, Joan recordó que el bullit se ha convertido en los últimos años en todo un atractivo turístico que, sin embargo, ha provocado una insoportable presión sobre determinadas poblaciones de peces, prácticamente agotándolas. En este sentido, Joan se refirió a los meros o a los cabrachos (roja).

«El bullit de peix ha muerto de éxito. Ha agotado nuestras costas y, como nuestros caladeros ya no generan bastante cantidad, nos vemos obligados a importar en verano ejemplares, no de las costas españolas, que están agotadas, sino de zonas como Egipto o Mauritania, fomentando someter a una mayor presión a estos caladeros de fuera. Quién está ganando: nuestras costas no; nuestros pescadores no; los restaurantes, sí», explicó el técnico de Sabors d´Eivissa.

Por todo ello, cocinar un bullit optando por otro tipo de pescados impactaría de manera positiva en comercios o cofradías de la isla y, sin duda, en las costas pitiusas.

El técnico también defendió el consumo de productos de la tierra y explicó los impactos positivos que un simple cordero puede causar al ayudar a mantener un terreno abandonado: un kilo de cordero equivale a actuar en 600 metros cuadrados de secano.

«La ganadería dedicada al cordero ha sufrido un bajón impresionante. Cada cordero que se pierde, es una hectárea que se deja de conservar. Se puede solucionar consumiendo cordero de Ibiza», relató Joan.

El consumo de blat de xeixa o el aceite producido en Ibiza provoca también impactos directos en el entorno natural.

Joan resaltó la importancia de organizar una jornada destinada al sector puesto que todavía «muy poca cantidad de residuos se separa adecuadamente». «Ibiza es uno de los lugares donde más residuos per cápita se generan. La isla sufre una gran presión en este sentido», insistió.

Para Joan, residentes y turistas tienen en este tema una responsabilidad compartida, también los empresarios del sector Horeca. Aun así, el experto quiso lanzar un mensaje en positivo y recordar a los miembros de este colectivo que con pequeñas acciones localizadas pueden conseguir importantes mejoras en la generación y gestión de residuos.

Durante la jornada, la coordinadora técnica de Plastic Free Ibiza, Ayelén Alonso, planteó a los participantes las ventajas de seguir los consejos de la guía que han elaborado para ayudar a las empresas del sector a cumplir con la Ley de Residuos y, al mismo tiempo, liderar el cambio hacia una economía circular. «Trabajamos muy de cerca con el sector Horeca para que pueden introducir esos cambios y progresar», insistió.

Entre otros ejemplos, Alonso explicó que en ese documento podrán encontrar orientación e información sobre productos tan comunes como las pajitas de bioplástico, uno de los artículos más contaminantes en contra de lo que piensa la mayoría. La coordinadora recordó que la certificación Plastic Free es gratuita y «son todo beneficios».

El apunte

«El tiempo corre y el planeta y el medio ambiente no esperan»

El técnico de Medio Ambiente de Ca na Putxa, Diego Godoy, abordó en su intervención la necesidad de llevar a cabo en Ibiza una gestión integral de los residuos. Según el experto, su intención fue mostrar cuál es la foto en Ibiza en cuanto al tipo de residuos o cantidades recogidas, principalmente en el sector Horeca. También detalló qué tipo de instalaciones existen para gestionar todos estos restos.

Godoy destacó la disponibilidad del sector Horeca para apostar por la separación de residuos, asegurando que todos disponen de contenedores para las diferentes fracciones, sumándose a la separación en origen: «Todavía queda mucho camino por recorrer».

«El tiempo corre y, en realidad, el planeta y el medio ambiente no esperan. Hay que ponerse las pilas y trabajar en esta línea y en otras que están saliendo», añadió también. El experto resaltó además que en las islas se separa un 20% de residuos, aunque el objetivo en Europa es que en 2025, por lo menos, el 55% de restos esté separado selectivamente. «Tenemos aún un 80% en el contenedor gris y, por lo tanto, mucho que hacer», concluyó.