Los policías nacionales que residirán en las 12 viviendas municipales de Sa Penya pagarán menos de 200 euros al mes. Un «alquiler simbólico», como ya dijo el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, durante la visita en el mes de octubre a la manzana de viviendas situadas entre las calles Alt y Retir.

Según indica el Ayuntamiento de Ibiza, el procedimiento no está finalizado y en este momento se están llevando a cabo los últimos trámites de adjudicación de los pisos, la instalación de muebles y los últimos arreglos de la urbanización de las calles. Todavía no se conoce cuándo podrán entrar a vivir los agentes en las viviendas pero, sin definir fechas, la municipalidad dice que será un plazo breve.

La adjudicación de las viviendas se lleva a cabo mediante un procedimiento de licitación a través del portal de contratación del Estado. Los agentes que quisieron optar a estos alquileres tuvieron que acreditar aspectos como el tiempo de servicio y de empadronamiento en Ibiza, además de ofertar el precio que estaban dispuestos a pagar por los pisos a los que optaban. Algunos habrían propuesto entre 150 y 200 euros al mes para asegurarse el piso deseado.

El precio base de las viviendas estaba entre 60 y 90 euros, fijado conforme al valor del metro cuadrado.

Un barrio complicado

En el pliego técnico del contrato patrimonial del arrendamiento de estas viviendas se plantean sin ambajes los inconvenientes de mudarse a este barrio.

Su situación se califica de «excepcional» dado que «por sus características no se considera barrio residencial viable por una gran mayoría de la población, que descarta totalmente el alquiler o compra de vivienda en la zona para vivir durante todo el año, conocedora de la problemática social y las difíciles condiciones de convivencia que pueden producirse».

Es por ello que diferentes instituciones vienen tiempo trabajando en la posibilidad de facilitar vivienda asequible en la zona a miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, como primer paso para la repoblación del barrio. Se considera que la llegada de los nuevos vecinos «puede suponer un importante revulsivo para la mejora del clima social y vecinal».

El documento señala que durante los últimos años el Ayuntamiento había intentado otras estrategias como facilitar viviendas al colectivo sanitario, sin éxito hasta el momento precisamente por la percepción de la ciudadanía de que Sa Penya no es aún un barrio donde se pueda vivir con la calidad de vida que pueda tener el resto del municipio.

El Ayuntamiento ya estaría trabajando en otras actuaciones para normalizar la situación del barrio.