Investigación arqueológica
La investigación derivada de la segunda campaña de excavación de este molino y liderada por los historiadores Helena Kirchner y Antoni Ferrer Abárzuza y la arqueóloga Glenda Graziani, pone en duda la hipótesis de partida, en la que se dató esta construcción en la época musulmana.
Dado que no se han localizado fragmentos cerámicos de época andalusí, ni de restos de otros elementos arqueológicos que sostengan la tesis de su origen en época musulmana, tal como se creyó tras la primera campaña de prospecciones en los años 90. Además, la arqueóloga Glenda Graziani, también apuntaba a las dimensiones del molino que «son de mayor envergadura de lo que se calculaba inicialmente, lo que nos inclina a descartar provisionalmente la cronología andalusí».
De esta manera, la excavación es Molinot, se convertiría en la primera de un molino harinero medieval en Ibiza. No obstante, Graziani espera encontrar «nuevos elementos, tal vez de madera, que permitan datar con exactitud la construcción con la prueba del Carbono 14» para confirmar de manera definitiva, junto al estudio de los materiales recogidos, estos nuevos indicios.
Según las investigaciones, el molino, ya abandonado, fue enterrado a principios del siglo XX para aprovechar el espacio como una más de las terrazas de cultivo que flanquean el torrente.
Tras la transformación del entorno del molino para ganar tierra de cultivo
Funcionamiento
Esta zona presenta todo un sistema hidráulico fosilizado, probablemente de la época andalusí, que canalizaba el agua del torrente para el riego de las diferentes terrazas de cultivo, y que también se usaría para abastecer al molino.
El agua sobrante del riego de las terrazas se deslizaba por este sistema hidráulico hasta llegar a a una serie de atanores, seis cilindros (se sospecha que inicialmente podía haber hasta dos más) de piedra calcárea, marés, huecos en su interior, que dispuestos uno sobre otro forman una cañería o tubo vertical llamado lagar. Por los atanores el agua caía cogiendo la velocidad y fuerza suficiente como para llegar al cárcavo y mover las ruedas de madera (rodezno) que, a su vez movían las piedras que molerían el grano para convertirlo en harina.
Por debajo del lagar se sitúan cuatro piezas cuadrangulares también de marés y presumiblemente agujereadas, con una longitud total documentada del lagar de 5,73 metros, rodeados de una estructura maciza de 2,77 metros de largo y 1,66 de ancho hecha en mampostería de bloques de piedra caliza con mortero.
Las conclusiones preliminares sobre la etapa en la que funcionó este molino obligan a replantear toda la cuestión de los molinos fluviales y su cronología. La documentación del siglo XIII habla de cuatro molinos situados en la riera del Jondal. A día de hoy sólo se han encontrado evidencias de es Molinot y de otro situado en el cuartón de Portmany
Convenio
La investigación de esta estructura es fruto de un convenio con la Universidad Autónoma de Barcelona. Esta segunda campaña de excavación ha tenido un presupuesto de cerca de 18.000 euros. La mitad del importe lo ha aportado el Consell d'Eivissa desde la Conselleria de Cultura, el resto ha corrido a cargo del Ayuntamiento de Sant Josep, que asumió el coste de la primera campaña de excavaciones en su totalidad.
La concejal de Patrimoni, Participació y Educació de Sant Josep, Ángeles Marí, explicó que «la excavación de este yacimiento se promovió a raíz del interés que nos hicieron llegar los residentes de esta zona y los propietarios del terreno y ha contado también con la ayuda inestimable de varios vecinos muy implicados en la conservación de nuestro patrimonio. Gracias al empuje de todos ellos estamos encontrando mucha información que nos hará redefinir lo que sabemos del aprovechamiento de los recursos hídricos en anteriores épocas».
Por su parte Sara Ramon, consellera de Educación, Cultura y Patrimonio explicó que «recuperar nuestro patrimonio es una prioridad para el Consell de Eivissa». En este sentido, Ramon explicó que n lo que llevamos de legislatura ya se han presupuestado un total de 300.000 euros y se han ayudado a 11 beneficiarios que vienen realizando obras de reconstrucción, mantenimiento y consolidación del Patrimonio». Ramon añadió que, en el caso concreto del Molinot, «el Consell de Ibiza ha aportado cerca de 10.000 euros que han permitido al Ayuntamiento de Sant Josep recuperar este lugar tan especial».
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