Si tienes una scooter, sabrás que no es necesario ser un experto en vehículos para manejarla. Sin embargo, es cierto que si no se lleva a cabo el mantenimiento periódico necesario, puede darnos algunos problemas.
Existen algunas recomendaciones que pueden hacernos ahorrar dinero y prevenir problemas a la larga . Si quieres enterarte de todas ellas y tener tu scooter siempre a punto, no te pierdas este artículo.
En primer lugar, debes cumplir siempre con las revisiones periódicas que el fabricante tiene estipuladas. Para ello, deberás acudir a un taller para que sean los profesionales del sector quienes revisen tu vehículo. Tras esta revisión, deberás seguir al pie de la letra los consejos del mecánico.
También será de gran importancia cambiar el aceite, los neumáticos y las pastillas de freno en los plazos recomendados por el fabricante. Aunque esto suponga un gasto impertinente, es de vital importancia para tu seguridad y el disfrute de tu scooter.
Sin embargo, además de este mantenimiento básico, también puedes llevar a cabo algunas revisiones adicionales por tu cuenta, de forma más frecuente. Esto te permitirá detectar y prevenir muchas roturas y problemas. Se trata de comprobaciones sencillas que no requieren una formación técnica ni demasiadas herramientas.
Para extremar las precauciones y cuidados de tu scooter también es muy importante contar con un seguro adaptado a tus necesidades y presupuesto. Existen seguros a todo riesgo que te cubrirán las reparaciones que necesites en cualquier taller pero también otros más económicos que abarcan sólo lo imprescindible.
Asimismo, las motos son muy diferentes según el tipo, por lo que hay que tener en cuenta estas características al elegir el seguro y decantarse por la opción que mejor se adapte, como pueden ser los seguros diseñados para scooter. Tener un seguro cuyas coberturas se adecúen a tus necesidades será de gran importancia para no gastar de más.
En cuanto a las revisiones periódicas, lo primero es echar un vistazo al nivel del aceite. Este componente es clave para tu scooter, ya que es el encargado de engrasar las distintas partes internas y, si no está en los niveles correctos, el motor gripará y puede que produzca daños graves.
Dependiendo del modelo de scooter, deberás comprobar el nivel del aceite a través de un ojo de buey situado a un lado del motor o mediante una varilla situada en el tapón de llenado del aceite. En cualquier caso, el nivel del aceite debe situarse entre las dos marcas indicadas como mínimo y máximo.
Es posible que la marca del aceite esté por debajo del mínimo ya que, con el uso, el aceite se va quemando y gastando. En este caso, deberás rellenarlo con el aceite que utilices habitualmente. Esta revisión es importante hacerla, mínimo, una vez al mes o cada 1.000 kilómetros.
Siempre que tu scooter sea de agua, debes comprobar el líquido refrigerante. Aunque no tanto como el aceite, este líquido también se cambia y hay que comprobar que el circuito está bien, echando un vistazo al nivel del vaso expansor. Si no lo encuentras, no te preocupes, cada modelo de scooter es diferente pero en el libro de instrucciones debe indicarlo. Esta revisión es suficiente con hacerla una vez al mes, siempre con el motor frío.
Sin duda, una de las partes más importantes de una scooter son sus neumáticos. Hay muchos factores que
pueden hacer que los neumáticos se desgasten como, por ejemplo, el peso del conductor y la fuerza de las frenadas y aceleraciones. Por este motivo, es muy importante controlar su estado de forma frecuente.
Unos neumáticos gastados o deformados pueden poner en riesgo tu seguridad. Además, también será importante que estos tengan la presión adecuada. El nivel de presión óptimo de tus neumáticos vendrá indicado en el manual de instrucciones o en alguna pegatina y será necesario comprobarlo con frecuencia.
Otra de las revisiones más importantes para el estado de tu moto y tu seguridad es la de las pastillas de freno. Estas se van desgastando con el uso y puede que sea necesario cambiarlas antes de lo previsto. También es posible que, en tu última revisión, el mecánico te comentara que ya estaban un poco desgastadas y que, dentro de poco, tocaría cambiarlas. En estos casos, es imprescindible la revisión periódica.
Las pastillas de freno llevan una chapa metálica y, sobre ellas, el material de contacto con el disco o ferodo. Este debe tener, mínimo, dos milímetros de grosor para que tus frenos sean seguros. Para comprobarlo, basta con mirar a través de la pinza, ayudándote de un espejo o linterna. Si las pastillas están demasiado delgadas, será el momento de cambiarlas.
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