Más de 200 horas de trabajo se pusieron a prueba este domingo, en el polideportivo ‘Es Pratet'. Nueve equipos de robótica participaron en el torneo local de la World Robotic Olympiad, que da acceso a los ganadores al campeonato nacional. Los competidores: niños y adolescentes de entre 7 y 15 años con unas habilidades de construcción de robots y programación que los ingenieros no adquieren hasta llegar a la universidad.
La prueba constaba de varias partes. Los equipos debían construir sus robots desde cero, incluir un código de programación para que hiciese una serie de tareas que han desarrollado a lo largo del tercer trimestre del curso y redactar el código para una tarea que fue desvelada este domingo, al inicio de la competición.
Sobre los tableros de pruebas, los robots debían ejecutar de forma autónoma una serie de acciones. En la categoría Elementary los dispositivos debían recorrer una casa, identificar las bombillas de alto consumo (rojas) y sustituirlas por bombillas de bajo consumo (blancas) en menos de dos minutos. Además debían dejar un panel solar en el lugar que ocupaba el sol en el tablero,
En el caso de la categoría Junior los robots debían colocar en un aparcamiento unos coches en el lugar que les correspondía. Por otra parte tenía que coger vehículos mal colocados y resituarlos.
David Solà, entrenador del Club de Robòtica Educativa d'Eivissa, que organiza el certamen en colaboración con el Ayuntamiento de Vila, se mostraba muy satisfecho con los resultados. «Al final este tipo de competiciones transmiten los mismos valores que cualquier campeonato deportivo: esfuerzo, sacrificio, trabajo en equipo... y lo hacen desde que son muy pequeños».
Para él «la gracia es conseguir guiarlos, no hacerles las cosas, son ellos los que han construido su robot y los que han introducido el código», resaltaba Solà., que indica que, a pesar de que la competición empieza en enero él trabaja durante los primeros tres meses las bases de la robótica para trabajar en el robot sólo el último trimestre.
En todo este proyecto tienen un papel fundamental las familias, subraya Solà, que también se implican en el club. Yolanda y Juan Vicente estaban este domingo entre el público acompañando a su hijo Guillermo, de 15 años, que en la competición de este domingo ejercía de juez. «Aprenden muchas cosas que yo soy incapaz de entender», cuenta orgullosa Yolanda. Su hijo ha participado ya en varios campeonatos nacionales desde que empezó en el club con nueve años.
Aunque el objetivo es aprender divirtiéndose unas nociones que son la base de las ingenierías universitarias, había que determinar a los ganadores. Alba e Ian, integrantes del equipo Albian, lograron el primer puesto en categoría Elementary. Aseguran que seguirán aprendiendo robótica el próximo curso.
En la categoría Junior, Ibz_bot se hizo con la plaza para el campeonato nacional, que se celebrará en septiembre en Girona. «Creo que podemos hacerlo muy bien, tenemos margen para que el robot vaya más rápido y conseguir muchos más puntos», aseguraban.
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