La secretaria de organización de SATSE en Balears, Litha Otero, explica que la figura del enfermero en los centros educativos ha pasado de ser necesaria a «imprescindible» debido a la situación actual provocada por la pandemia. Un papel, dice, «que abarcaría desde competencias asistenciales hasta control de medicamentos y educación sanitaria continuada».
En este sentido, destaca la importancia del sanitario para adaptar medidas de adecuación consensuadas en materia de prevención «desde ya» y así garantizar un entorno escolar seguro. Otero reconoce que es este profesional quien puede garantizar esta seguridad en los centros «porque detectaría los casos de forma precoz, haría vigilancia de las transmisiones, una gestión adecuada y, además, se trata de un profesional coordinado con los servicios de Salud Pública, por lo que la rapidez es mayor».
Problemática
SATSE lamenta la falta de consideración sobre la implantación del enfermero escolar, cuya no contratación se justifica a un factor económico y a considerar esta población como sana.
Sin embargo, expone que este tipo de profesionales no solo garantizarían la seguridad en los centros en cuanto a los contagios, sino que además realizarían una promoción de la salud diaria a los alumnos. «La realidad que tenemos es que somos el segundo país europeo con mayor índice de obesidad infantil, el 50 % de las transmisiones sexuales se dan en jóvenes de entre 15 y 24 años y un 15 % de los alumnos padecen enfermedades crónicas». Ante esto, Otero insiste en la necesidad de invertir en enfermeros educativos para desempeñar la atención continua.
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