Vicent Marí y Francina Armengol | DANIEL ESPINOSA

Aunque parece muy simpática, (Francina Armengol) es muy dictadora», fue una de las muchas declaraciones que hizo Marta Díaz en la entrevista que publicó Periódico de Ibiza y Formentera el pasado 1 de marzo.

«Francina es primero la presidenta de Mallorca, después de Menorca, después de Formentera y si queda algo de Ibiza» fue otra de las afirmaciones de la consellera no adscrita, en la línea de lo que también dijo Javier Torres el mes de febrero cuando rebautizó al Govern balear como Govern de Mallorca.

Esta semana hemos tenido una representación práctica de las tres afirmaciones de quien es conocida en La Moncla como Falsina.

Simpática y afable como siempre, invitó a los presidentes de los consells a realizar aportaciones al decreto de medidas urgentes para reactivar la economía y como una dictadora obvió, sin pestañear, todas (casi) las medidas propuestas por el Consell d’Eivissa y en cambio hizo alta costura con el de Menorca y pret a porter con el de Formentera.
No tuvo las más mínima intención de negociar nada con Vicent Marí, el único político de Baleares que la incomoda, máxime después de la patada hacia adelante que le dio Gabriel Company a Marga Prohens cuando la mandó al Congreso de los Diputados.
Sí lo hizo, curiosamente o no, con las presidentas de Formentera, Alejandra Ferrer, y de Menorca, Susana Mora.

Dos y media. De 45 medidas presentadas por el Consell d’Eivissa, fueron incluidas dos y media. Realmente, solo una tiene pinta de haber sido tramitada por petición de Vicent Marí: autorizar a los consells a subvencionar a pymes y autónomos.

Permitir ampliar los hoteles en un 15% se hubiera aprobado igualmente, en tanto que no deja de ser una prórroga de algo que ya estaba en vigor. La reacción de Més per Mallorca y Podemos, más impostada que real, infiere que se trata de una propuesta del PSIB.
Eliminar trabas burocráticas de las licencias de obras de rehabilitación que no supongan aumento de volumen también fue reclamado por muchos otros organismos, como el Colegio de Arquitectos.

Absurda. Discriminar entre obras de rehabilitación en suelo urbano y obras de rehabilitación en suelo rústico, cuya proceso de obtención de la licencia mantiene la burocracia de toda la vida, es una decisión absurda, como tantas otras de las últimas semanas.

Al igual que la justificación de Pilar Costa: «El suelo rústico no se toca». Razonamiento vacío y que además es falso porque en suelo rústico se permite instalar placas solares (veremos cómo acaba esta nueva burbuja) con menores trámites ambientales que antes.
Que una portavoz del gobierno de una comunidad autónoma demuestre tan alta capacidad de reflexión como se desprende de la anterior afirmación es muy preocupante.

Desprecio de Pilar Costa. Ni se inmutó. Ni tan siquiera se fue por las ramas y contestó aspectos tangenciales, como en tantas ocasiones hacen los políticos.

Se negó a explicar, en dos ocasiones, cuáles habían sido las razones por las que el Govern no había aceptado la propuesta estrella del Consell d’Eivissa de permitir pequeñas ampliaciones de hasta 25 metros cuadrados en viviendas de hasta 150 metros a cambio de inversiones medioambientales cuando es una medida que van en la misma línea que la ampliación autorizada a los establecimientos turísticos.

La tercer pregunta y segunda repregunta de Periódico de Ibiza y Formentera quedó bloqueada en el Whatsapp de la responsable de prensa de la Conselleria.

«No entendemos esta discriminación y que a los ciudadanos no se permita hacer lo mismo que a los hoteleros», dijo ayer en estas páginas Mariano Juan, el fiel escudero que acompañó a Vicent Marí en su tránsito desde Santa Eulària. Ni él, ni nadie.
Tampoco contestó de dónde procede la estimación de que el decreto movilizará 550 millones y dará empleo a 4.850 personas en las Pitiusas, ni cuántas ampliaciones de hoteles ha previsto el Ejecutivo. Lo seguiremos intentando.

Lo mínimo que se le exige a una consellera ibicenca que ha sido presidenta del entonces Consell d’Eivissa i Formentera, por educación, por decencia, por respeto institucional y por deferencia con todos aquellos que han participado en el trabajo previo es explicar, a poder ser con un razonamiento más profundo que el del «suelo rústico no se toca», por qué no se ha permitido a los ibicencos disponer de una herramienta que, a todas luces, resulta positiva, aunque se queda corta ante la gravedad y profundidad de la crisis que tenemos y tendremos.

El PP quería que la medida tuviera una vigencia temporal de cinco años y que fuera de aplicación a todas las unifamiliares, independientemente de su tamaño.

Aceptó la propuesta de Podemos de dejar el periodo de aplicación en tres años y también la del PSOE de restringir las ampliaciones a casas de menos de 150 metros.

¿Cuántas casas afectadas? Curioso resulta que ni los que propusieron la medida de limitar la ampliación a 150 metros (el PSOE), ni los que la aceptaron (PP), ni el castastro, ni el INE, ni el Ibestat, ni el Consell saben a cuántas viviendas habría afectado la medida en caso de haber sido incorporada.

Se tomó este límite sin ningún tipo de justificación, lo que deja en mal lugar a todos y demuestra una vez más que la clase política tiene demasiado poder discrecional y que la gestión de asuntos tan serios como este merece más rigor y seriedad.

Vicent Marí ingenuo. El presidente aceptó las contrapropuestas de la oposición con el objetivo de que fueran el salvoconducto para que Armengol aceptara una medida muy bien planteada.

Muchos propietarios se hubieran animado a realizar de forma legal pequeñas obras de ampliación (una habitación, un garaje, una barbacoa), a cambio de inversiones en eficiencia energética e hídrica.

Los propietarios agraciados con la medida estaban obligados a devolver el favor pagando el equivalente al 15% del presupuesto a su respectivo ayuntamiento, administración que estaba obligada a invertir esos fondos en mejorar la maltrecha red de suministro de agua potable, que despilfarra uno de cada tres litros.

Pilar Costa no explicó las razones que han impedido que dicha medida fuera de aplicación exclusiva en Ibiza, si es que los otros consells se oponían a la misma, cuando la competencia de ordenación del territorio es insular. De hecho, tampoco contestó.

Traje a medida. Contrasta el desprecio a Ibiza con el traje a medida hecho a la socialista Susana Mora en el mismo decreto. Una modificación por la puerta de atrás de la Ley de Carreteras con el único propósito de dar cobertura legal a la fechoría que pretende hacer la izquierda menorquina (PSOE, Més per Menorca y Podemos) tirando dos puentes de hormigón a medio construir en la carretera general en lugar de acabar la mejora de los cruces.

Formentera también tuvo su regalito gracias a que el voto de GxF pesa. Y mucho.

Ridículo de ‘Agustinet’. El que sale peor parado de esta historia es Josep Marí Ribas Agustinet. Y por partida doble. Como secretario general oficial de la Federació Socialista d’Eivissa (FSE) participó junto al secretario general oficioso, Rafa Ruiz, y el portavoz del Grupo Socialista en el Consell, Vicent Torres, el hombre que menos hace para llevarse 50.000 euros al año, en las reuniones con Vicent Marí y Mariano Juan.

Acordó en Ibiza unas medidas que luego no defendió ante Armengol y de las que ayer se desmarcó.

En calidad de alcalde de Sant Josep, necesita una solución transitoria que permita actualizar las obsoletas Normas Subsidiarias (NNSS) mientras no disponga del nuevo Plan General.

El concejal de Urbanismo, Angel Luis Guerrero Gelu, pronosticó que su aprobación definitiva podría demorarse una década.

El Consell d’Eivissa solicitó al conseller Marc Pons «algún procedimiento» o «algún mecanismo» para dar respuesta a una problemática que tiene paralizados muchos proyectos.

«La necesidad de disponer de espacios físicos para nuevos equipamientos, viviendas de protección oficial, otros sistemas públicos y además de solucionar problemas legales de falta de gestión de multitud de unidades de actuación hace esencial que se haya de explorar la posibilidad de establecer mecanismos excepcionales para desencallar su complicada situación».

Tampoco como alcalde logró que le hicieran caso.

Segunda oportunidad. Esta temporada habrá turismo. Turismo de aventura y de riesgo porque no habrá ni vacuna, ni medicamento y no tiene pinta de que vaya a haber mayor control en los aeropuertos que la toma de temperatura, lo que no es óbice para intuir que el decreto no bastará para reactivar la economía.

En ese momento, Agustinet tendrá una segunda oportunidad de anteponer los intereses de Sant Josep y los de Ibiza a los de su partido.

Hunden Inditex en un trimestre. El Gobierno sigue sin tener la situación controlada, tanto que ha dejado de ser noticia que rectifique sus propias medidas y lo será el día que no rectifique alguna.

La improvisación e inconsistencia de este gobierno es tal que es fácil pensar que si estuvieran sus miembros, capitaneados por Pedro Sánchez, al frente de cualquier compañía multinacional la hundirían en tres meses, aun contando con los mismos mandos intermedios.