Varios usuarios de este centro trabajan en un mural en una imagen del pasado mes de diciembre. | MARCELO SASTRE

Paco y Berti juegan al ping-pong. A los dos les gustan el deporte y la música. Paco es más de rock y de flamenco, cuenta que cuando era un bebé Camarón le cogió en brazos mientras se liaba un cigarrillo. A Berti le gusta más la música house, y hace poco le regalaron una mesa de mezclas con la que está trasteando para poder pinchar su propia música.

Ambos pasan las mañanas en el Centro de Día de Amadiba en Santa Eulària junto a otra veintena de usuarios con discapacidad superior al 65%. En total el centro tiene 30 plazas autorizadas.

Su día a día comienza a las nueve de la mañana. Cuando llegan se estructuran las actividades por rutinas y dinámicas según su nivel cognitivo. Antes de comer se lleva a cabo alguna dinámica y después de comer algún taller. Sobre las 16:00 se inicia el servicio de transporte a casa. Hay cuatro aulas, dos para las personas de mayor nivel cognitivo y otras dos para las de menor nivel. Muchas de sus actividades son aprendizajes de la vida diaria. Con los de mayor nivel cognitivo trabajan desde cómo hacer una tarjeta sanitaria a ir a la Policía a renovar el DNI u orientarse por la red de autobús. Con los usarios de menor nivel cognitivo las tareas son más sencillas: atarse los cordones o coger los cubiertos, por ejemplo.

La directora del centro, Sara López, explica que intentan abarcar todo el ciclo de la persona en un trabajo por objetivos.

Proyectos longitudinales

Además de las actividades diarias, el centro desarrolla actividades periódicas que son al mismo tiempo lúdicas y de formación. Las denominan «actividades longitudinales». Una de ellas se realiza en colaboración con el centro de protección animal de Sa Coma y consiste en el cuidado y paseo de perros. Para Loli, una de las usuarias, es una de las mejores actividades. Ella se encarga siempre de Robinson, un caniche «muy cariñoso y obediente».

Además de ser una actividad en la que disfrutan del contacto con los animales y la naturaleza, López señala que a través de ella aprenden a cuidar a los animales y responsabilizarse de ellos.

Otro de los proyectos es con Ibiza Global Radio, donde descubren el mundo de la radio musical por dentro, aprenden a usar las mesas de mezcla y graban sus propias cuñas publicitarias.

Integración en la comunidad

El centro trabaja con intensidad lo que denominan «integración sociocomunitaria». Salen a la cafetería a tomar algo, pasean por la zona, visitan la biblioteca y el polideportivo.

Vanesa Rosendo, adjunta de gerencia, se muestra muy orgullosa del modo de trabajo de la asociación. «Los centros de día siempre han ido asociados a un aparcapersonas, dejarles en el centro, que pasen el día y la familia está libre de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Un sistema institucionalizado que no va con el modelo de Amadiba. Aquí se trabaja a nivel de intervención a todos los niveles y no hay ni un minuto vacío»

Esta integración social a través de actividades cuenta con un gran apoyo por parte del Ayuntamiento de Santa Eulària, que ofrece profesionales y el uso de instalaciones en las diferentes actividades deportivas. Allí hacen natación, tenis y ping-pong.

Tras casi tres años en el municipio, ya forman parte de la vida del pueblo.