Cada producto típico ibicenco tiene su fecha de producción. Algunos, como el flaó, han pasado a consumirse durante todo el año. Este postre tan dulce ibicenco junto con las tradicionales las torrijas y la mona de Pascua son originariamente exclusivos de esta época del año, la Semana Santa. Así lo explicó Gonzalo González Martín, propietario de la mítica pastelería La Canela, donde producen y venden por miles estos dulces típicos de Semana Santa.
«Cada día preparamos unas 300 torrijas y monas de Pascua, flaós unos 300 solo en Semana Santa. Son más de un millar de personas las que pasan por La Canela a lo largo del día buscando estos dulces típicos», explicó el propietario de esta pastelería, quien también afirmó que fue el primero en comercializar la torrija en Ibiza, hace ya más de 30 años. De ésta, explicó la receta para la que hornea un pan especial, que no llega a ser un brioche, pero que se le parece. La capacidad de absorber la leche en la que se moja dice Gonzalo que es pasmosa. «¡Como una esponja!», precisa. Después de este baño en leche viene otro de huevo y a la sartén para después rebozarse por una mezcla de azúcar y el toque de la casa, la canela. Para realmente chuparse los dedos.
También las monas de Pascua tienen su truco y se elaboran en chocolate negro, con leche y blanco, con formas de todo tipo, color y tamaño. Según González, la Pascua es época para que los niños disfruten y pensando en ellos las monas se crean con las formas de sus personajes de animación favoritos. Este dulce típico se elabora con una receta de chocolate especial al que se le da miles de formas con mimo y mucho cariño. Cada año nuevos moldes se preparan para dar paso a elaboradas figuras de chocolate, que consiguen hacer sonreír a los más pequeños. Y a los que no lo son tanto.
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