La exclusiva isla privada de Sa Ferradura vivió ayer una auténtica pasarela del deporte durante la fiesta post boda del jugador internacional del Chelsea Cesc Fábregas y su mujer Daniella Semann. Leo Messi, Luis Suárez, Pedro Rodríguez, Sergio Busquets y sus respectivas parejas, amigos y compañeros y excompañeros del catalán como Carles Puyol, Jordi Alba, Marcos Alonso, N'Golo Kanté o Thierry Henry, no quisieron perderse la cita y aprovecharon para disfrutar de un lugar paradisíaco al alcance de muy pocos.
Los primeros invitados en llegar aparecieron en torno a las 20.15 horas. El primero fue Jens Lehmann, exportero internacional del Arsenal y excompañero de Fábregas. Después apareció el excapitán del Chelsea, John Terry, amigo del futbolista. El internacional británico, retirado este año en las filas del Aston Villa, fue el único que atendió a los medios de comunicación congregados. El resto de invitados ni uno e incluso alguno como Carles Puyol engañó diciendo que los atendería para pasar de largo.
Tras el excapitán del FC Barcelona apareció el exjugador francés Thierry Henry. El actual ayudante de Roberto Martínez en la selección belga y excompañero del novio, ni siquiera se paró para las fotos. Lo mismo que el checo Thomas Rosicky.
Todo lo contrario que el grupo formado por el jugador del Chelsea Pedro Rodríguez y su pareja Patricia Magaña, el centrocampista del Barça Sergio Busquets y Elena galera, y Jordi Alba y los compañeros de Cesc, Ross Barkley, Davide Zappacosta y el joven Ethan Ampadu. Estos cuatro últimos, sin pareja, fueron la viva imagen de una pandilla de amigos.
Sin embargo el plato fuerte llegó después. Con puntualidad casi británica, apenas unos minutos después de la hora anunciada, aparecieron radiantes los novios Cesc y Daniella. Los dos vestidos enteramente de blanco posaron con sus hijos, Lia, Capri y el pequeño Leonardo. Ellos pusieron la nota divertida del photocall haciendo casi imposible con sus travesuras que sus padres posaran juntos. Al final un despiste, unos caramelos y el objetivo se logró.
Los últimos fueron Leo Messi y su mujer Antonella Roccuzzo y Luis Suárez que hizo un guiño a su mujer Sofía Balbi, embarazada de su tercer hijo. Hicieron como el resto, se marcharon sin decir ni mu.
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