Dos años de prisión. Es la pena impuesta a José Antonio S.A. quien ha reconocido hoy en un juicio en la Audiencia de Madrid que estafó 31.300 euros a mujeres que contrataba como «acompañantes» en 2013, engañándolas con regalos que tampoco pagaba y haciéndose pasar por un acaudalado empresario, hechos por los que ha aceptado el acuerdo de conformidad que reflejaba una condena de dos años de cárcel.
José Antonio S. A., ha llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, que ante su confesión ha rebajado su petición inicial que era de tres años de cárcel.
Según el acuerdo con la Fiscalía el acusado ha admitido también devolver 75.740 euros a las víctimas, tanto las mujeres acompañantes como las personas a las que compró los regalos y con las que contrató servicios para unas vaciones en Ibiza y otras ciudades.
Sin embargo, la acusación particular que ejerce Damaris, la chica de compañía a la que más dinero estafó José Antonio, no se ha conformado y ha pedido que sea condenado a seis años de prisión al apreciar que abusó de la relación personal que mantuvo con la víctima, extremo sobre el que deberá decidir el tribunal cuando dicte sentencia.
Durante la vista se le ha leído al acusado, que cumple condena por otros hechos, el escrito de acusación de la Fiscalía y se ha limitado a contestar «sí» a la pregunta de si reconocía todo lo expuesto.
En sus conclusiones el fiscal narra cómo José Antonio en apenas tres meses estafó a tres chicas de compañía y cinco empresarios una suma total de 75.740 euros a través de transferencias ficticias que realizaba con sobres vacíos, lo que le permitía enseñar el resguardo, aunque luego fueran anuladas por el banco.
Así, el 3 de marzo de 2013 el acusado contrató a través de internet a Damaris, una mujer que se anunciaba en internet como acompañante, por una semana y con un precio de 6.000 euros, contrato que quedó cerrado cuando él le enseñó en su ordenador la transferencia falsa.
Lo hizo haciéndose pasar por un «empresario de provecho» de Italia que decía ser representante de jugadores de golf y tenistas profesionales.
Además, para ganarse su confianza, le dijo a Damaris que iba a comprarle un coche, pero también estafó al vendedor con la muestra de otra transferencia ficticia de 7.500 euros en su teléfono móvil.
Tal y como José Antonio ha reconocido al suscribir el escrito de acusación del fiscal, al día siguiente de conocerla, trató de convencer a la víctima para que dejara «la vida que llevaba» y entrara a formar parte de su negocio de compraventa de coches de lujo, consiguiendo que esta le aportara hasta 14.500 euros.
Cuando recibió la cantidad, José Antonio desapareció con el dinero y el coche y llegó hasta Alicante, donde, haciéndose pasar esta vez por otro empresario italiano, alquiló una embarcación por 30.040 euros, que transfirió de forma también ficticia.
También contrató a uno de los tripulantes del barco como chófer y le pidió que alquilara un vehículo Hammer a su nombre con la excusa de que él iba a ser el conductor, con lo que al final le estafó 3.000 euros.
El último movimiento de José Antonio fue alquilar una vivienda en Ibiza por 7.000 euros el 19 de mayo, pero este contratista no pide indemnización porque José Antonio apenas llegó a usar la casa unas horas, ya que fue detenido.
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