De las 25 artículos publicados, dos se refieren al ámbito de Atención Primaria, como el caso de los que ha participado la doctora María Martín Rabadán. Además, hay otro publicado del anterior jefe de Servicio de Otorrino, ahora jubilado, el doctor Luis Conill, y también hay artículos en los que han colaborado especialistas de dos servicios, como Ana Urruticoechea, de Reumatología, y María Hergueta, de Dermatología. Hay servicios como Laboratorio con tres artículos publicados, dos de ellos cuentan con la participación de Laura Sahuquillo, y un tercero con Yolanda Pastor. Algunos profesionales como la doctora Urruticoechea cuenta con tres artículos publicados, uno de ellos como investigador principal. Otros como el doctor Juan Carlos Amor, jefe de Servicio de Otorrinolaringología, cuenta con dos artículos, uno en una revista norteamericana y otro nacional. El doctor Amor acaba de llegar de una reunión en Belgrado sobre actualización en otoneurología donde ofreció tres charlas acerca de su especialidad. «El organizador se puso en contacto conmigo por facebook y me ofreció la posibilidad de ir a dar a unas conferencias. Venían cuatro norteamericanos muy conocidos. Era una reunión importante y allí fui», dice. Amor cuenta con una larga trayectoria en la publicación de artículos científicos, uno fue premiado por la Sociedad Española de Otorrinolaringología. Ahora lleva dos proyectos en marcha, uno sobre genética en la enfermedad de Meniere con la Universidad de Granada y otro en colaboración con los hospitales de Salamanca y Valdecilla de Santander sobre enfermedades reumatológicas.
El proceso hasta publicar en una revista internacional no es fácil. Previamente, al proyecto de investigación, un comité ético de investigación local o central tiene que aceptar ese estudio, «es una garantía a los pacientes de que este estudio está aceptado». Una vez dado ese paso, la gerencia da el visto bueno. A los pacientes se les informa si quieren participar, se va recopilando información, se pone en contacto con el estadístico, escribiendo el artículo y una vez terminado se envía a publicar y pasa por hasta tres correctores. «Si te lo aceptan son con cambios y lo vuelves a recibir, metes los cambios y vuelves a mandarlo», explica. Todo este proceso puede durar un año. «Dedicas mucho tiempo a escribir y recopilar los datos, pero también son útiles las reuniones de médicos porque es la única manera de trabajar en red, de que otras personas te abran la mente, te den otra visión del tema y permita mejorarla». Además, sostiene que «la mentalidad de investigación ayuda en el trabajo diario a la hora de atender a los pacientes, buscas más cosas y no te quedas en lo superficial. Cuando te dedicas a la investigación mejoras en la práctica profesional diaria y eso creo que también es bueno para el paciente», finaliza.
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