En el gráfico adjunto se aprecia que si el índice medio de intensidad turística es de 100, Balears registra 6.572,61, situándose por debajo de Islas Vírgenes (Reino Unido) e Islas Caimán, que son paraísos fiscales con una población que no llega a los 50.000 habitantes. «Estos paraísos fiscales no representan el impacto de los diferentes indicadores, circunstancia que sí sucede con Balears al ser un destino que visitan al año millones de turistas», apuntan.
Manera explica que la base de datos que han utilizado para elaborar este nuevo índice se ha centrado en un estudio comparativo con datos de las páginas web de todos los archipiélagos, del Banco Mundial y la Organización Mundial del Turismo (OMT), «con los cuales hemos analizado el impacto en el Producto Interior Bruto (PIB), el gasto turístico, el número de visitantes y el componente de la población real en el destino. Nunca hasta la fecha se habían integrado estos cuatro indicadores, que dan una visión bieconómica de como influye la actividad turística en una zona», apunta.
En el nuevo indicador se trabajan los índices bioeconómicos teniendo en cuenta, entre otros, el consumo de energía, agua, emisiones de CO2 y residuos sólidos urbanos. En el período estudiado (2000-2016), Manera resalta que Balears ha registrado un incremento de la población del 30 % y que ello ha tenido un efecto distorsionador en el PIB per cápita, «cuyo crecimiento no ha ido acorde con el aumento de la actividad económica, de ahí la deflación que se ha registrado».
Manera puntualiza que no se tiene que hablar de saturación «sino de intensidad económica, por lo que habrá que crecer sobre fundamentos sostenibles, lo cual solo se logra con políticas de calidad que dignifiquen los entornos naturales y los espacios urbanos y de servicios. Con ello, se podrá lograr la competitividad de un destino maduro como el balear».
Al margen del nuevo índice de intensidad, el economista puntualiza que Balears es un destino competitivo que se ha priorizado sobre otros posibles en una economía de mercado: «Y esto es así, porque a pesar de la subida de casi el 51 % en los precios hoteleros desde 2011, ha seguido creciendo el número de turistas que llegan a las Islas. En este contexto, la productividad del trabajo puede estar aumentando, mientras es factible que no lo haga la productividad de capital».
Las claves
1-Un problema que tiene una respuesta tecnológica
El impacto turístico en Balears, valorado con la tasa de crecimiento en consumo de agua, energía, emisiones CO2 y residuos sólidos urbanos, se palia por las empresas con una mayor inversión tecnológica «para reducir el efecto de estos indicadores bioeconómicos», indica Carles Manera.
2-No sobran turistas sino aplicar políticas sostenibles
Carles Manera, que dio a conocer el nuevo indicador en la jornada organizada por Popular, Grupo Santander, la pasada semana en Palma, destaca que no sobran turistas «sino que lo que hay que aplicar son políticas sostenibles para reducir su impacto negativo en la economía de todas las Islas»
3-Medir la economía con parámetros biofísicos
Las medidas que tanto Manera como Valle establecen para medir la economía con parámetros biofísicos, incluyen toda una serie de propuestas que están relacionadas con la inversión pública, los recursos en I+D+I, estímulos a los clústers turísticos y uso de energías renovables para una eficiencia en la utilización de recursos.
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