La indignación entre vecinos y comerciantes de Jesús se mantiene intacta dos años después de la inauguración de la travesía de esta localidad y las constantes obras de reparación que ha sufrido desde entonces. Solo de esta manera se entiende que la noticia publicada ayer por este periódico de que la constructora de esta carretera ha presentado la oferta más barata para desdoblar Ca na Negreta haya caído como un jarro de agua fría en Jesús.
Inma Arribas, propietaria de la pastelería Mediterránea, no ve con buenos ojos que el Consell d'Eivissa pueda adjudicar las obras de la futura carretera de Santa Eulària a la empresa Vías y Construcciones. «Lo llevamos claro. Aquí han hecho esta chapuza y no lo han podido arreglar después de dos años. Si lo van a hacer igual que me devuelvan mi parte», sentencia Arribas quien añade que, solol si no hay más remedio, el Consell debería supervisar las obras para comprobar que se están haciendo de manera correcta. «Si van a escatimar con los materiales ya sabemos que va a pasar con la carretera de Santa Eulària. ¿Por qué no la hace una empresa ibicenca y contrata a gente de aquí?
«Yo no se la daría a la misma empresa. Solo tienes que ver el resultado en esta», afirma Carolina Palerm, empleada de la ONCE. El principal inconveniente que destacan vecinos y comerciantes es la estrechez de la carretera. «El primer día ya se pegaron un autobús de línea y un camión que se cruzaron», asegura Palerm que cree que esta vía debería ser al menos medio metro más ancha por cada lado. Además, califica de «desastre» la actual travesía de Jesús, una carretera que «ha costado como una autovía y que la cierran por unos agujeros».
Francisco Clapès, de la ferretería Clapès, cree que el ingeniero que diseñó la travesía de Jesús «debería dedicarse a guardar cabras» aunque también reconoce que «la culpa no es de la empresa sino del ingeniero del Consell que tiene que supervisar las obras». El dueño de este negocio destaca que el principal problema de esta carretera son los materiales utilizados: «La carretera no podía aguantar porque debajo, en lugar de hormigón, solo había tierra y agua. Por eso se hundió».
Los comerciantes critican también que todavía no se hayan iniciado las obras de reparación para solucionar el hundimiento producido antes del verano pasado. «No sabemos nada. Nos enteramos de que van a hacer obras cuando vemos pasar las máquinas», asegura Inma Arribas. Toni Bonet y Vicent Costa, vecinos de Jesús, dicen estar «hartos» de las constantes reparaciones de esta travesía. «No se entiende que se hunda. Se ve que no calcularon bien el peso de los camiones cargados», aseguran. También lamentan que la estrechez de la vía obligue a los camiones a subirse a la acera cuando se cruzan con vehículos del mismo tamaño.
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