«En casa esto se vive muy mal. Estás atado de pies y manos porque no te dan ninguna solución», explica Alaniz después de denunciar públicamente la situación que sufre su hijo por segunda vez. Si el curso pasado el colegio de Vila donde estudiaba activó el protocolo de acoso escolar tras detectar el caso, en apenas dos meses que llevamos de curso, su nuevo instituto también ha hecho saltar las alarmas. «Ahora estamos a la espera de la investigación porque hay 15 días para determinar qué procedimientos se van a empezar a seguir», señala la madre del pequeño, quien no confía en que la respuesta que le den ayude mucho a mejorar la situación que está viviendo Agustín. Y es que, a finales del curso pasado, su antiguo colegio le derivó a un psicólogo con el que tuvo una sesión semanal de una hora durante cinco semanas que, a ojos de su madre, no ha ayudado nada. «El psicólogo me dijo que cuando acabasen las sesiones me iba a dar un informe que ahora dice que no me puede facilitar, que solo me puede dar un registro de visitas que confirme que el niño ha ido a las sesiones», señala al tiempo que explica la importancia que tiene conocer el estado de su hijo para poder ayudarle.
Agustín ha tenido que aguantar insultos, que le tiren comida a la cara, que le bajen los pantalones en el patio del colegio e, incluso, que le peguen. «Un día llegó a casa con un golpe en el brazo. Le preguntamos cómo se lo había hecho y nos decía que no sabía. No quisimos insistir mucho porque veíamos que estaba mal», cuenta Alaniz. «Unos días después fui a recogerlo al instituto, hacía muchísimo calor y él salía con la chaqueta puesta. Me extrañó tanto que le dije que se la quitara y entonces vi que estaba manchada de tinta. Me dijo que se lo había hecho un compañero de clase, casualmente el mismo del moratón».
La situación ha llegado a tal extremo que el niño ha perdido más de 10 kilos y ha bajado, notablemente, su rendimiento académico. «Sus notas antes eran excelentes, ahora suspende y vemos que tiene la autoestima por los suelos, incluso dice que no sirve para nada», cuenta esta madre mientras explica cómo intentan solventar el problema desde casa. «Le damos mucho amor todo el tiempo y le decimos que nadie puede apagar su buena energía». Para más inri, Agustín padece episodios de epilepsia desde que empezó a sufrir abusos; motivo por el cual su actual instituto ha pedido a cuatro niños que le vigilen. «En realidad no es por la enfermedad, lo hacen por el acoso que sufre. Son como ‘niños policía', pero ellos no lo saben».
La semana pasada acudieron a consulta con su neuropediatra para una revisión rutinaria. «Le conté lo que estaba pasando y dejó la epilepsia a un lado porque me dijo que es más grave la situación actual», matiza Alaniz, quien añade que ya han derivado al niño, con urgencia, a un psicólogo por síntomas de depresión. «Duele mucho saber que no quiere ir al colegio y tú, como madre, tengas que obligarlo. Duele que no se relacione y que ni siquiera quiera levantarse de la cama». Agustín lleva cinco años sin ser invitado a un cumpleaños y sin compartir su tiempo libre con amigos, algo que parece tan común para todos.
Miedo e impotencia
Madre e hijo viven en una zona de campo en la isla, sin duda, un medio que puede ayudar a calmar la ansiedad que sufre Agustín. Lo hacen rodeados de gallinas, perros, pájaros y gatos que consiguen distraerle en su tiempo libre. «La neuropediatra nos recomendó que trabajase en el campo porque ya tiene edad para coger responsabilidades que le permitan ganar seguridad en sí mismo, que sienta que sí que vale», cuenta Alaniz. Para muchos, su situación no va más allá de ser un «juego de niños» que, en los peores casos, tiene un trágico desenlace. «Tenemos muchísimo miedo de llegar a ese límite. Siempre decimos que son cosas de niños, pero la realidad es que mi hijo vive traumatizado». Palabras que duelen al que las vive de cerca y no encuentra soluciones que calmen el dolor. «Si esto sigue así tendremos que cambiar de centro, quizás a uno más pequeño donde pueda estar más controlado».
Agustín no solo sufre acoso por parte de un compañero, sino por varios. El caso es que uno de ellos también es víctima por parte de otros niños. «El problema no lo tiene el agredido, sino el agresor y la solución empieza en él», puntualiza Alaniz. «Mi hijo cree que la solución estaría en mandar a estos niños unos días a casa para que el resto vean las consecuencias».
En cuanto al problema que pueden generar las redes sociales en estos casos, su madre especifica que «apenas las usa» y cuando escribe en el grupo de whatsapp de clase, lo controlo». Y es que las nuevas tecnologías traen consigo numerosos problemas. De hecho, un niño de su colegio está subiendo vídeos a las redes nombrando a Alá dentro de una mezquita. «He avisado en el colegio porque esto suele traer consecuencias, pero me han dicho que como no lo hace dentro del recinto, no pueden hacer nada», critica.
LA NOTA
Protocolo de acoso escolar
La Conselleria d'Educació creó el año pasado el primer protocolo contra el bullying que establece una serie de pautas concretas a seguir cuando un centro educativo detecte un posible caso. Cabe recordar que durante el curso pasado se detectaron 14 casos de acoso escolar en los colegios de Ibiza.
Para que se valore como acoso tienen que darse unas conductas concretas, que se repitan en el tiempo con una victimización del menor por un abuso de poder y que haya una intencionalidad de daño por parte del acosador.
4 comentarios
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No sólo es increíble que sigan ocurriendo estas situaciones, si no que si no recuerdo mal los coleguos llevan un par llevan un par de años haciendo campaña contra el bullyng y a la hora de la verdad no se toman medidas realmente eficaces. Me parece tan triste eso como que los padres de los niños acosadores no asuman su responsabilidad y encima el colegio o instituto permita que sea el acosado quien tenga que cámbiar de centro..intolerable.
El tema es demasiado hipócrita como para seguir haciendo noticias sobre esto.... Evidentemente esto ocurre! Y evidentemente el que sufre es la víctima. sólo que la base del tema está en los adultos.. los niños COPIAN. No ser hipócrita os hará evolucionar.. sólo que no todos están preparados... Cuantos no vieron estás actitudes en el entorno laboral? O en un entorno deportivo? O en un vecindario? Los niños COPIAN y la hipocresía sólo retarda la solución hacia cualquier tema...
Como ex acosado escolar por la misma razón, puedo decir con propiedad que ni a los demás padres, ni a la mayoría de los profesores, ni a los demás niños NO les importa un pepino, ya que a los primeros si no te peleas eres un cobarde, a los segundos un marrón que no saben ni quieren atajar por los padres claro y a los últimos si no te defiendes y GANAS eres un gallina y un marica, en fin una situación surrealista que dura mas de setenta años y nadie tiene los C..... para acabar con ello.
Veo que muchos padres no saben que existe una asociación de ayuda para los niños que sufren acoso escolar. Para interés de los padres pagina web www.acoso-escolar.com E-mail acosoescolaribizayformentera@gmail.com o llamando de 15:00 a 20:00 al telf. 617545864.