Manifestación independentista celebrada el pasado domingo en Vara de Rey | Marcelo Sastre

Ante la bisoñez de algunos políticos que a menudo olvidan que son autoridades, en tanto que ostentan un cargo público, se hace preciso, en estos tiempos convulsos de máxima tensión a cuenta del proceso independentista de Catalunya, pedir un poco de sosiego y mesura en las declaraciones que se hagan. Al fin y al cabo, Ibiza no es Catalunya. Es fácil llevarse por las emociones, sobre todo en las redes sociales, pero no es cuestión de ir añadiendo cada cual más leña al fuego y encendiendo los ánimos insultando o descalificando a quien piensa distinto.

A la vista de un tuit del concejal de Vila, Juan José Hinojo, donde calificaba de "fachas" a los ciudadanos que se manifestaron en el paseo Vara de Rey el pasado domingo, hay que reclamar contención y prudencia. Calificar de "fachas" a quienes defienden la unidad de España y el ordenamiento constitucional y estatutario en Catalunya, está fuera de lugar y el joven edil debiera pedir disculpas por su salida de tono. A no ser que esté convencido de que todo aquel que no apoya la independencia de Catalunya (ya no digo que no sea de derechas) es un facha, cosa que se puede descartar.

A fin de cuentas, el Gobierno (y el Tribunal Constitucional) se opusieron a la celebración del referéndum del 1-O por una cuestión en absoluto baladí, ya que la Carta Magna establece que la soberanía nacional reside en el pueblo español en su conjunto y no en una parte. Pero Hinojo -y también el teniente de alcalde de Vila, Joan Ribas, otro que no pierde comba con el tema catalán- integran un equipo de gobierno municipal que se opone a una consulta ciudadana reivindicada por numerosos vecinos y entidades sociales, sin ninguna razón de peso excepto que en el caso de celebrarse, posiblemente sus planes de construir un albergue en Sa Colomina sufrirían un serio revolcón. Y eso que Guanyem Vila, el partido de ambos concejales, llevaba en su programa electoral el compromiso de consultar a la ciudadanía todas las decisiones delicadas. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Están a favor del derecho a decidir de la ciudadanía o no lo están? La incoherencia de Hinojo y Ribas es palmaria. Y para no dejarlos solos, el conseller insular Miguel Vericad, conmilitón de los anteriores, tuitea tras la imputación del jefe de los Mossos d'Esquadra por un delito de sedición, que "no le pueden ni ver tras la brillante operación antiterrorista en Las Ramblas". Con 16 muertos. Él sí que es brillante. ¡Brillantísimo!, yo diría.

Joan Ribas proclama en Twitter que nació en una dictadura surgida de un golpe de estado y desea morir en una República nacida de la voluntad del pueblo. Esperemos que no acabe muriendo en una República nacida de un golpe de estado, que es lo que sucede en Catalunya. Y por cierto, seguro que en La Caixa están temblando por el temor a que ejecute su amenaza y acabe retirando sus ahorros de la entidad, si se les ocurre sacar su sede social de Catalunya. Seguro que acaban en bancarrota. ¡Por Dios!

Los independentistas, contando según ellos con una mayoría social aplastante, han optado por derogar de facto el Estatut d'Autonomia sin tener los votos necesarios para hacerlo, al aprobar la ley del referéndum y la de transitoriedad jurídica. Esta aberración legal, política y democrática, admitida ya públicamente por Carles Puigdemont y el conseller de empresa, Santi Vila, es aplaudida por algunos políticos en Balears y las Pitiusas, lo que debe alertarnos de que ellos algún día estén tentados en seguir el nefasto ejemplo catalán y pretendan violentar el Estatut d'Autonomia de Balears aprobando una ley que vaya en su contra, ignorando las advertencias de los letrados del Parlament y con media cámara autonómica vacía. ¿Esto es lo que defienden los señores y señoras de Podem, Més, Gent per Formentera y Guanyem Eivissa? Y encima tener que oír lecciones de democracia de partidos que aplauden la Diana Nacional de Catalunya y sin embargo, detestan una jura de bandera para civiles en Santa Eulària. Alergia a lo español. Por suerte la sociedad ibicenca es plural, aunque a algunos les moleste.