• Autobús al puerto.
Es apropiado felicitar al Ajuntament d'Eivissa y al Consell d'Eivissa por la prolongación de la línea de autobús L-50 hasta el interior del puerto, cuyo acceso hasta el momento estaba restringido. Este microbús une los aparcamientos disuasorios de Es Gorg y Gesa con el centro de Vila y con el interior del puerto. Es una gran idea. Ahora solo falta que haya usuarios. Y es que queda mucho trabajo por hacer en materia de transporte público en la isla. En todo caso no debe caérsele los anillos a nadie por esta rectificación a la hora de permitir la entrada del transporte público colectivo al puerto de Vila. No pasa nada por probar cosas. Lo que ya no parece tan buena idea es gastarse 400.000 euros en un parque infantil en Can Misses. Se trata de una cantidad enorme de dinero. Dudo que haya en todo Balears un parque infantil que haya costado ese dineral, si exceptuamos el que se hizo en Palma durante el mandato de la alcaldesa Catalina Cirer (PP) y cuyas obras coordinó el famoso concejal Javier Rodrigo de Santos en el parque de Sa Riera.
• Un concurso que apesta.
Hay que decirlo así, porque aunque suene duro, el pliego de condiciones del concurso para gestionar el Centre de Cultura Can Jeroni, en Sant Josep de sa Talaia, durante dos años por 180.000 euros, parece hecho a medida. El detalle con que se especifica el equipamiento técnico que ha de poner a disposición del centro el adjudicatario es absurdo y mueve a la sospecha. Y cuando en un concurso público algo huele mal, suele ser lo que parece.
Yo recomendaría al alcalde Josep Marí Ribas ‘Agustinet' que hiciese como con los lotes de playas: una subasta en el salón de plenos y tan felices. Que se lo lleve el mejor postor. Y es que es inexplicable por qué los micrófonos que se piden ahora deben ser de la marca tal y no pueden ser de la marca cual. Que alguien lo explique, más allá de echarle la culpa al funcionario de turno, por favor.
• Camareras de piso.
Terminaré mis borrones de este domingo mostrando mi apoyo a las sufridas camareras de piso de los hoteles de Ibiza, que se concentraron el viernes para exigir mejoras laborales. Afirmar que todas ellas sufren explotación laboral es un exceso. Como lo es afirmar que no hay ninguna irregularidad en su situación y que si tienen sobrecarga de trabajo, pues que hablen con sus jefes.
Me pregunto si la inspección de trabajo está haciendo todo lo que debiera por acabar con los abusos puntuales que puedan estarse cometiendo. El conseller de Treball, Iago Negueruela, debiera enviar a los inspectores a los hoteles donde sabe que las "Kellys" son obligadas a hacer un número de habitaciones que sobrepasa la capacidad humana. Y donde estas caen enfermas con más habitualidad. No creo que sea en todos ellos, como a menudo se dice malévolamente. Pero no se puede mirar hacia otro lado por parte de la Administración y a la vez, decir que se las apoya y se las acompaña en sus manifestaciones. Más acciones y menos postureo inútil.
Feliz domingo.
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