Las obras y productos manufacturados por los maestros artesanos de la isla; el desfile de carros de barana, el ball pagès de la colla de sa Bodega y el concierto de la Orquestra Simfònica Ciutat d'Eivissa arrebataron las emociones de los turistas que ayer tarde paseaban por el centro de Vila. Totalmente ajenos a la tradición ibicenca, los visitantes fueron los más sorprendidos por los actos inaugurales de las Festes de la Terra, una festividad que quedó oficialmente inaugurada con el discurso del alcalde, Rafel Ruiz.
«Estamos encantados de empezar las fiestas con música en un lugar que hace un año lo que sentía era el ruido de los coches», destacó en referencia al nuevo paseo de Vara de Rey, «un espacio para el disfrute de la gente y que hemos hecho con mucho gusto y con el corazón». Ruiz presentó a la Orquestra Simfònica como «un tesoro» de la ciudad y avanzó que la próxima semana se anunciará el proyecto ganador del concurso de ideas para la construcción de la Casa de la Música.
Uno de los momentos más emotivos llegó a continuación, con el concierto sinfónico dirigido por Adolfo Villalonga y las célebres oberturas de Gioacchino Rossini (1972-1869), que cautivaron al medio millar de asistentes.
Así dio comienzo un programa que celebrará su día grande el 5 de agosto, Fiesta de Santa María, con la entrega de las Medallas de Oro de la Ciudad. El acto tendrá lugar a las 21,00 horas en el Baluarte de Sant Pere y distingue a personas y colectivos del municipio. Este año las medallas se otorgan al empresario Ricardo Urgell y a la violinista Lina Tur.
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