—¿Qué presupuesto cuenta el Área de Salud?
—En el capítulo 1, el de personal, contamos en torno a los 78 u 80 millones de euros. Estamos acabando de negociar y firmar el contrato de gestión, que firma la Gerencia con los servicios centrales en el que tenemos una serie de retos y vamos evaluando nosotros y las diferentes unidades.
—¿Ha aumentado o descendido?
—Aumentado. Económicamente estamos bien dotados y tenemos que manejar ese presupuesto. En el capítulo 1, 78 u 80 millones de euros; en el 2, en suministros y mantenimiento son 18 millones de euros, y farmacia hospitalaria, en torno a los 20 millones. El capítulo 6 es de inversión y, en función de las necesidades que vamos detectando, se va dotando.
—¿Qué previsiones hay para este año en inversiones?
—Somos una gerencia única e incluimos la primaria. Hay prevista la reforma del centro de salud de Es Viver; el centro sociosanitario del edificio J, el antiguo Can Misses; proyecto de renovación de planta de residuos y renovación de equipamiento de oftalmología. Hay una serie de actuaciones ya aprobadas de cerca de un millón de euros.
—¿Hay previsto aumentar el personal? Los profesionales temen que haya recortes.
—Ni se va a amortizar plantilla ni interinidades, ni se va a recortar en ningún sitio. Con la ampliación de plantilla que hubo la primavera pasada, creemos que están bien dotados la mayoría de los servicios. Si vemos alguna deficiencia o necesidad que vamos detectando, no hay ninguna orden de que no podamos cubrirla.
—¿Cree suficiente el personal de Can Misses?
—En la mayoría de los servicios es lo que me transmiten. Es verdad que hay servicios en los que nos cuesta encontrar profesionales, como radiología. No es que no queramos contratar radiólogos sino que no encontramos.
—Además de especialistas, los profesionales dicen que falta personal del resto de categorías.
—No tenemos intención de reducir la plantilla.
—¿Y aumentarla?
—Primero tenemos que gestionar bien lo que tenemos y si tenemos necesidades, aumentaremos. Bajo ningún concepto tenemos la idea de recortar plantilla. Tenemos que partir con lo que se nos dotó para abrir el hospital, pero no hemos pensado amortizar plantillas, sí optimizar recursos, en función de horarios y servicios. Si un servicio tiene una necesidad mayor y otro una menor se puede hacer un trasvase de personal. Llegados a esa reorganización y eficiencia de los servicios, si vemos que hay necesidades, se dotará.
—¿Han tenido reuniones con el personal?
—Antes de firmar el contrato general nos hemos reunido con los responsables de cada servicio; de enfermería y de celadores.
—¿Y con los sindicatos?
—Aún no, pero sí que me consta que mi antecesora y el gerente del Área tuvieron reuniones con la junta de personal y el comité de seguridad laboral. Estamos todos en el mismo edificio y conversaciones puede haber. También va a haber elecciones sindicales en abril y estamos en un momento de transición.
—¿Cuál es su papel ante la concesionaria?
—La concesionaria gestiona los servicios no asistenciales y mi cargo es de director de Gestión y Servicios Generales. Como esos servicios se prestan ahora con la concesión, soy un poco el responsable de seguir encima de los servicios generales, de pelear para que la calidad del servicio contratada se cumpla y que los trabajadores tengan unas condiciones de salud laboral óptimas. Es el contrato más importante que tenemos de aquí hasta que se acabe la concesión y tenemos que estar muy vigilantes para que hacer que se cumpla lo pactado.
—¿Hasta cuándo es la concesión?
— Si mal no recuerdo es hasta octubre de 2042.
—¿Comparte la opinión de muchos trabajadores de que muchos servicios externalizados han empeorado desde que los asumió la concesionaria?
—Le hablo desde la dirección de Gestión y como usuario de Formentera, justo con el cambio y hoy por hoy, hay servicios que no se dan como se debería. No vamos a mentir y estamos en la obligación de que se den como toca.
—¿A qué servicios se refiere?
—En lavandería y cocina no se está al cien por cien de lo que se debería dar. Mi obligación es estar encima de ellos.
—¿Cómo están encima de ellos?
—La gestión dejó de ser una responsabilidad directa nuestra y la presta una empresa externa. Es una relación contractual y, como tal, hay un apartado de cómo gestionar el contrato en cuanto a las penalizaciones. Con la concesionaria es lo mismo, tenemos el programa Óptima al que todos los usuarios, los trabajadores del Área de Salud, tienen acceso y van colgando las incidencias de todos los servicios. A la Unidad de Supervisión de Control, que está en Eivissa, es a la que le llegan las incidencias y empieza el proceso, desde que el usuario la pone hasta que acaba siendo discutida en la comisión mixta.
—Algunos trabajadores comentan que no les da ni tiempo colgar la incidencia por la carga de trabajo que tienen y, sobre todo, en servicios en los que se ha reducido el personal como el de cocina y el de cafetería.
—Los dos son servicios diferentes.
—Pero hay personal de cocina que va a cafetería.
—Esta es una de las pegas que le hemos planteado a la concesión. Tienen dos servicios, alimentación a paciente y cafetería, con dos plantillas diferentes. El personal estatutario, el nuestro que asumieron ellos, tiene que trabajar en alimentación al paciente. No tiene que trabajar para la cafetería.
—Sin embargo, está ocurriendo.
—Sí y estamos en ello. Soy consciente de que está ocurriendo y no engaño a nadie. Es una realidad, claro que sí. Es uno de los expedientes que le hemos transmitido a la concesión. Se está trabajando pero sí que es verdad que es frustrante de cara al trabajador y al paciente los tiempos y, sobre todo, porque la gente no ve lo que hay detrás de la gestión de la incidencia. Piensas que nadie hace nada pero hay un trabajo detrás, brillante y, a veces, agotador. Son muchos informes, auditorías, inspecciones y mucho papel. Es un contrato con un volumen económico importante que tiene que tener los mínimos de garantía para las dos partes, tanto para la concesión como para nosotros.
—¿No cree que se está pagando un precio muy elevado, no sólo económico, por la construcción del hospital?
—Tiene que ir bien. Quedan 26 años, estamos empezando y llevamos abiertos un año. Hay servicios que han mejorado en algunas cosas, como en Formentera el de la lavandería y el de logística. Hay otros que tienen que mejorar mucho. Tengo la esperanza de que la gente empiece a notar la diferencia en positivo, sino algo estamos haciendo mal. Estamos en ese camino. Mi idea es hacer cumplir por lo que estamos pagando y hemos contratado. Si ellos tienen que dar equis voy a exigir eso, no me voy a quedar a medias.
—¿Se está exigiendo?
—Estoy empezando a hacerlo. Acabo de llegar y estamos tomando alguna medida que espero que sea positiva y surta efecto de cara a reconducir algunas situaciones.
—¿Cuánto se le paga al mes a la concesionaria?
—Tiene un canon fijo de 550.000 euros al mes y uno variable, de 1.060.000 euros al mes. Son unos 19 millones euros al año. Sobre el variable es donde incidimos por la deficiencia y la calidad de los servicios.
—¿No choca con el sistema sanitario público los intereses de una empresa privada para sacar beneficios?
—La cocina estaba también antes en un sistema de concesión y logística para Formentera. La limpieza de Can Misses, los centros de salud y el Hospital de Formentera lo prestan empresas privadas. El que lo preste una empresa privada no es el problema sino no conseguir cumplir con lo contratado.
—¿Qué ha fallado entonces?
—Estamos en el momento de arranque y este es un contrato muy grande. No lo justifico. No estoy contento de cómo están algunos servicios ahora. He de exigir lo pactado y contratado, ni más ni menos.
—¿Cada cuánto tiempo se reúnen con la concesionaria?
—Últimamente son cada semana. Hay una serie de comisiones, reuniones o correos a diario. El órgano de contratación son los Servicios Centrales del Ibsalut. Las reuniones las tenemos aquí. Todo lo relacionado con Eivissa lo discutimos, lo hablamos y lo decidimos aquí.
—¿Cómo son sus relaciones?
—Ni bien ni mal. Yo también estoy empezando. Hay momentos de más o menos tensión y discusiones, pero como ocurre en todas las organizaciones. Quiero que la concesión vaya bien, porque los primeros beneficiados van a ser los trabajadores y los pacientes. Que el trabajador tenga las condiciones óptimas para trabajar porque repercutirá en el paciente y que éste tenga la calidad de los servicios que se merece y por los que está pagando. Hay que pelear para que vaya bien, no voy a bajar en la presión. En Formentera teníamos servicios en concesión y siempre entendí que la exigencia tenía que ser máxima y lo voy a exigir todo, porque sé que será bueno para todos, para la concesión como para trabajadores y pacientes que tendrán lo que les corresponde, servicios de cinco estrellas.
—Usted que viene del Hospital de Formentera, ¿Qué le parece el nuevo Can Misses?
—En Formentera siempre lo hemos entendido como el nuevo hospital de Eivissa y Formentera. El Área de Salud es para mí la más completa de Balears. Somos una gerencia única, tenemos una concesión y dos hospitales en una misma gerencia en dos islas diferentes. La relación de Formentera con Eivissa tiene que ser de equipo. En Formentera siempre se nos ha querido, tanto Nacho y Alberto [el gerente Nacho Casas y director de Gestión, Alberto Fernández, de la anterior legislatura], como Pepe y Marga [Josep Balanzat y Marga Cardona].
1 comentario
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Sr. Gomez, Vd. no estará contento con la gestión del Hospital de Can Misses, Pero otros muchos usuarios de dicho hospital están sufriendo en propias carnes su mala gestión. Cuando una persona no sabe o no puede hacer bien su trabajo lo mejor es que se vaya a casa y deje su puesto a personas mas competentes. ¿No lo cree así?